No se si sea,
desierto o no,
esta cordillera de sol.
Nada dura,
y nada permanece,
el viento erosiona la tierra.
Y la mese.
Un océano.
(que es de aire).
En sus valles:
se acelera el pulso,
oscurece la sangre,
resiente el latido,
se agita el pulmón,
y aunque le tema, lo busco.
Y voy.
Yo lloré cuando lo supe,
y no lo pude olvidar,
el llanto se volvió canto,
y lo pude guardar.
Lloré cuando lo supe,
y no lo pude olvidar:
es en el desierto,
donde habita la verdad.
La constancia es la del viento,
Que no se queda,
y no se va,
se lleva alguna palabra,
a tierras de otro lugar.
Cordillera de sol,
de sal, y cardón,
el viento recicla el aire,
con la fuerza del ciclón.
Agente de lo urgente,
no deja rastro,
de lo aparente.
Agente de lo divino,
es delator,
de lo escondido.
Yo veo los siglos,
cuando te miro,
los veo pasar,
si te camino.
Cimiento del tiempo,
Santuario del tiempo,
Agitas todos,
mis sentimientos.