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1850
agosto 3, 2018|Cartas

1850

Tiempo de lectura: < 1 minuto

Salta, enero 12 de 1856

De Gregoria, la madre, a Adolfo, el hijo.

De Salta a Cobija.

 

 

 

Mi hijo amado;

Que cruel me ha sido tu separación; no me ha valido la reflexión ni cosa alguna. Al día siguiente de tu marcha, vinieron a visitar a Deidamia, Manuelita y Julia. Cada una de las piezas que la primera tocaba en el piano, me partían el alma al recordarte, pero sobre todo el vals de “El Profeta”. Al día siguiente que se festejó Micaelita Solá, el día de año nuevo, todas las niñas te recordaron constantemente en la reunión. La Panchita, me brindó una copa por vos, lo mismo que todas las demás. También Doña Casiana hacía mil extremos recordándote.

El paseo que tanto deseaba hacer con vos a San Lorenzo, y que al fin se frustró, lo haré el domingo que viene por invitación de Doña Pepa Arenales, porque el 18 estará aquí López, con la diligencia, y la aprovecharán para ir con nosotras. Pienso quedarme allí unos 8 días, porque sólo de ese modo disfrutaré el campo.

Gregorio me escribe que ha tenido el gusto de ver reunidos a todos sus hijos, pero que nada han arreglado de nuevo y se han vuelto a sus destinos.

El sábado mandé a Cayetano con un papel para Fuentes, pidiéndole tu caballo y el picazo de Jacoba para que fuese la Francisca a San Lorenzo. Me contestó que el picazo se había muerto, pero que ya había encargado un buen sillonero para Jacoba.

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Presente
julio 27, 2018|Capiton(é)Filosofía y Psicoanálisis

Presente

Presente
Tiempo de lectura: 2 minutos

 

 

Todas las canciones, por una sola certeza.

J.D

 

No esperaba.

Por no esperar, la descubrí. Sentí al verla, que el corazón se me salía; todas las respuestas estaban ahí.

La conmoción y la emoción están todavía conmigo, crecen dentro de mí. Algo en ella me habla, me dice: es aquí.

No me había sucedido hasta ese momento, sentirme capturada y cautivada de esa manera por una obra. Aquel viaje había encontrado su verdadero propósito, uno distinto del que me había llevado hasta ahí.

Me sentí un poco feliz, que es la forma más real de la felicidad.

Al verla pensé que Rafael, la había pintado solo para mí. Si no hay otra realidad, que aquella que me voy dando, no tengo porque dudar. Me pregunto ¿qué me dice?

Su acertijo, me vacía de palabras.  Aún así, veo el mundo fuera y dentro de mí, veo los años, los siglos, lo que fue y lo que será. Mis propios dolores, y los dolores que no pude evitar; mi propia torpeza, mi sabiduría estéril. La pregunta que insiste, como un escalofrío sin letras ¿que clase de trampa es este regalo?

 

El oxígeno se disipó y no hubo nada más.

Yo era ahora un bebé tendido, respirando un aire nuevo, moviendo manos y cuerpo al son de mi propia risa, un bebé cobijado por ese velo que es a la vez, transparencia y enigma. Era también esa madre, regalando aquel velo, antes tejido o hilado. Velo hecho de sueños, de ficciones y de anhelos.

Un niño pequeño me devolvió al aire, a este otro aire. Lloraba. También lloraba yo.

– Estoy perdido – me dijo.

– Estar perdido es ver – susurré.

Acaricié su cabeza, y en un gesto que comprendió, le regalé aquello que yo miraba.

Después, lo tomé de la mano.

 

 

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DE – CIERTO
julio 16, 2018|Capiton(é)

DE – CIERTO

Tiempo de lectura: < 1 minuto

No se si sea,

desierto o no,

esta cordillera de sol.

Nada dura,

y nada permanece,

el viento erosiona la tierra.

Y la mese.

 

Un océano.

(que es de aire).

 

En sus valles:

se acelera el pulso,

oscurece la sangre,

resiente el latido,

se agita el pulmón,

y aunque le tema, lo busco.

Y voy.

 

Yo lloré cuando lo supe,

y no lo pude olvidar,

el llanto se volvió canto,

y lo pude guardar.

 

Lloré cuando lo supe,

y no lo pude olvidar:

es en el desierto,

donde habita la verdad.

 

La constancia es la del viento,

Que no se queda,

y no se va,

se lleva alguna palabra,

a tierras de otro lugar.

 

Cordillera de sol,

de sal, y cardón,

el viento recicla el aire,

con la fuerza del ciclón.

 

Agente de lo urgente,

no deja rastro,

de lo aparente.

 

Agente de lo divino,

es delator,

de lo escondido.

 

Yo veo los siglos,

cuando te miro,

los veo pasar,

si te camino.

 

Cimiento del tiempo,

Santuario del tiempo,

Agitas todos,

mis sentimientos.

 

 

 

 

 

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1850
julio 7, 2018|Capiton(é)Cartas

1850

Tiempo de lectura: 2 minutos

 

De Doña Gregoria Beeche a su hijo Adolfo.

Salta, octubre 24/1864

A París

Mi amado hijo:

Va a terminar octubre, y siempre con la esperanza de ver cartas tuyas. Es ya insoportable tanto esperar. Gracias a Dios, en casa no hay novedad alguna. Creo que te habrán llegado todas mis cartas, porque desde que saliste de Salta no he dejado de escribirte para darte cuenta de todo lo que ha ocurrido.

Anoche se descubrió otra conspiración en el cuartel. Serafina U. había comprado a un oficial dándole 350 pesos en plata y una letra sobre Tucumán. El oficial le avisó en seguida a Martín Cornejo, y el Gobernador les dijo que se quedaran callados. Se iban a fugar con Napoleón y con Pancho Uriburu, para lo cual habían puesto en una Zanja del Estado dos buenos caballos con pistolas y 4 hombres bien armados. Aparecieron a las 2 de la mañana y los tomaron a todos. Se han provisto los oficiales del cuartel de buenos caballos ensillados y de revólveres. Muy luego Serafina se le presentó a Don Cleto y con esa impavidez que tiene, le dijo que había pecado y que la castigara, que sí le había pagado al oficial por salvar a su hermano, y se echó a llorar. Don Cleto se conmovió, y después de haberle hecho ver que con esas cosas empeoraba la situación de los presos, ordenó soltar a los 4 hombres detenidos. Se dice que la causa de Napoleón se ha concluido siendo sentenciado a muerte, y Pancho a 7 años de presidio; pero le oí decir a Don Cleto que los va a mandar a Buenos Aires para que allí les juzguen en consejo de guerra. Nos libraremos de ellos.

Al día siguiente de estas cosas – ayer domingo – hubo un paseo muy concurrido, poniendo cada familia un plato. A Jacoba le tocó las sopas, a las Gorostiagas las empanadas, y así a las demás. Ayer era un ir y venir de galeras. Las Gurruchagas, Alemanes, Ortiz, Doña Lorenza, las de Don Eugenio, Salta entero estuvo en la quinta de Graña, como para retratarla con más de 200 rosas y les tocó un día nublado hermosísimo. De regreso combinaron en bajarse todos en lo de las Gorostiagas, donde siguieron bailando hasta las 12 de la noche. Este año han principiado las aguas temprano y el campo está delicioso.

Elisa escribe de los Sauces, adonde se fue con Daniel hace 6 días, que aquello está hermoso y que el enfermo mejora. Así, pues, si me cumples la promesa de volver a los 6 meses, es decir, diciembre, gozarás de un lindo verano.

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12 x 12
julio 1, 2018|Entrevistas

12 x 12

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Tiempo de lectura: 10 minutos

– V –
.ANDRÉS JUSTINIANO SIERRA.

Tiempo de Lectura: 10 minutos
Considero más valiente al que conquista sus deseos, que al que conquista sus enemigos,
porque la mayor victoria es siempre sobre uno mismo”. 
Aristóteles.

Me encontré con él, por sus ojos de pájaro.

El puede ser halcón… y también canario.

En su trazo encontró su estilo, y en el juego su razón,

Entendió que quien ríe gana, va al ritmo de ese tambor.

No hay ideal que lo someta, ni discurso que lo dirija,

De ética federal, va por tierras que conquista.

La suerte no lo provoca, la muerte no lo convoca,

A ella la ignora siempre, también a quienes visita.

Andrés juega y se ríe, y es eso, lo que su obra dice.

 

¿Podés identificar cual fue el momento en tu vida en el que empezaste a dibujar?

No con exactitud, dibujo, como todo el mundo, desde chico. Soy hijo y nieto de artistas; entonces en mi casa era muy cotidiano el tema del arte. Me crié entre pinturas, caballetes, materiales de trabajo. Vivíamos en una casa grande, eran como dos casas pegadas. En una vivía mi abuelo y en la otra mis viejos, mi hermano y yo, que me pasaba yendo de una a la otra. En el taller de mi abuelo o en el taller de mi vieja. Mi abuelo era escenógrafo y dibujante, y hacía bueno… teatro, cine… mi vieja pintora, también era escenógrafa pero se dedicó más a la pintura, asique no tengo un momento puntual, es de toda la vida.

¿Y tu estilo? ¿Podes identificar un momento en el que empezaste a definirlo?

El estilo se va encontrando con el tiempo y es el producto del trabajo. Y obviamente vamos cambiando la imagen, como uno en sí va mutando uno a medida que pasa el tiempo y se acumulan experiencias. Lo que sí noto es que… tanto si veo para atrás, como si veo donde estoy parado ahora, puedo identificar que siempre soy yo… que hoy hay una madurez en el trabajo, que hay cosas que se fueron afianzando, pero me veo a mí en ese proceso. Creo que a eso es a lo que podría llamarse el estilo, no es algo buscado, es algo que pasa.

De por sí, laburo a partir de la figuración, mi base es el dibujo, con lo cual es más fácil ser reconocible. Quizás si te desempeñas en la abstracción o en dibujos más sintéticos, el producto es más impersonal. El trazo, la línea del dibujo define un montón, más allá de los contenidos.

¿Visualmente de que te nutriste? Habrás visto eso que salía de tu casa, pero probablemente te empezaron a gustar cosas…

Me influenciaron mucho las  historietas y el humor gráfico, la lectura base de cuando era chico, fue crucial. Sin duda marca e influye en el lenguaje de mi obra y en el dibujo.

¿Cuáles eran las historietas que más te gustaban?

Crecí leyendo Asterix. Bueno, obviamente Mafalda de Quino, Caloi, Fontanarrosa, Nine… los clásicos, y después mucha historieta europea, me compraba las revistas Cimoc, donde veía los dibujantes europeos, como Pratt, Manara, Bisley…etc. Entonces era una manera de recibir estímulos de otros lados. Antes, hace 20 años, sin internet, no llegaba nada.

Era en librerías de viejo donde descubrías todas esas cosas. Después estudié Bellas Artes, y ahí descubrí las artes plásticas, entonces las influencias fueron otras. Cuando uno no tiene mucha información flasheas con Dalí y después te das cuenta que detrás hay otros más, quizás más anónimos para el común de la gente…

¿Quiénes te impactaron?

Chagall, Escher, Calder, Basquiat, Egon Schiele…no se…montones de estilos diferentes que me abrían un abanico enorme de posibilidades con respecto a generar obras de arte. A medida que uno va acumulando esas experiencias externas aumenta la curiosidad por experimentar con materiales, recursos, técnicas…después todo eso va decantando y empieza a sobrar información, y queda lo que a uno le sirve.

¿El colegio como lo llevaste?

Pésimo. Me echaron de dos colegios, dejé de estudiar, empecé a trabajar, no quería saber nada con el universo.

… no querías saber nada con el universo?

Si, tenía una rebeldía absoluta. Y hubo un momento en que empecé a tener cierta inquietud, dije: quiero dibujar, y empecé a pensar en la idea de estudiar Bellas Artes, y ahí me doy con que tenía que  tener el secundario para hacerla, y me tuve que amigar un poco con la educación formal. Resumiendo: hice un bachillerato acelerado nocturno y después entré en Bellas Artes. Siete u ocho años viajando en tren y bondi unas cuatro horas por día hasta que terminé.

¿Quiénes crees que fueron tus  influencias, como artista y como persona?

Mis viejos y mi abuelo… sin duda. Mi viejo médico, nada que ver con lo artístico  pero un tipo culturoso, ponele, y después este contacto con mi vieja y con mi abuelo. Era un tipo muy osco que se había quedado mal con la viudez. Yo nací en ese momento y, por esa ausencia, se generó un vínculo muy fuerte conmigo especialmente. Como una cosa de mucha protección de él hacia mí. Eso me marcó mucho.

Después en la escuela de Bellas Artes, tuve profesores que fueron referentes importantes. Entramos 40 alumnos en primer año, en segundo año quedamos 5. Entonces teníamos todos los profesores para los cinco que éramos: 4 chicas y yo. Tuve profesores muy buenos que estaban solamente para enseñarnos a nosotros. Un privilegio.

¿Y tu viejo? ¿Cómo era esa relación?

Desde el punto de vista de que yo pudiera hacer lo que quisiera, siempre fue muy tirante. Dejar el colegio, fue un quilombo para mí, imaginate que no fue fácil. (¿Qué edad tenías?) 14, 15… era un changuito. Yo quería pelotudear, básicamente.

¿Te acordas de ese momento? ¿Qué lectura haces hoy de ese momento?

Por supuesto que sí era una rebeldía, porque a esa edad uno se está peleando con el mundo. Creo hoy que el sistema, y cuando digo sistema digo los viejos, la escuela y el mundo, la sociedad, no comprende a una persona que pasa por procesos que se diferencian de la media.

No sé como resolveré yo, cuando me toque a mí con mis hijos, pero espero poder comprenderlos lo más posible y decir “hace lo que quieras, ya le vas a encontrar el agujero al mate, y ser lo más piola posible para acompañarlos en esa búsqueda”, porque creo que se trata de eso.

¿Y porque crees que sentías esto que decís, que el sistema …?

La educación formal está pensada para que todos seamos iguales, a todos nos enseñan lo mismo, todos nos sentamos en el mismo banquito, todos vamos vestidos igual. Es una manera de nivelar, no nivelan para abajo, ni nivelan para arriba, nivelan.

¿Vós te sentías diferente?

Si… si, yo estudiaba piano, tenía mis bandas de rock y dibujaba desde siempre, no lo veía como una profesión pero me resultaba muy natural y espontáneo. No veía como encajaba el Tigris, el Eufrates y la Mesopotamia con mi vida. Pero el sistema no estaba preparado para un tipo al que le gustaban las cosas que me gustaban a mí, evidentemente no. Yo era visto como el chico raro entre los padres de mis amigos. Fui a colegios clase media, privado, religioso. Después de esa experiencia dejé la religión de lado.

Eso te iba a preguntar ¿cómo te llevas con la religión?

Soy completamente ateo, agnóstico, no me interesa, me parece que es todo mentira.

Me imagino que hubo un proceso anterior…

Sí, fui monaguillo. Hice toda la primaria en un colegio católico, parroquial palotino. Era amigo de los curas. Y un día, en primer año, la catequista pregunta: ¿qué es la fe? Y todos empezaron a tirar, hasta que me preguntó a mí, “Andrés ¿Porqué tenés fe?” Y yo dije “porque sí”. Y ella dijo efusivamente: “ven, Andrés tiene fe porque sí. Eso es tener fe”. Y yo pensé “me están cagando”. Y eso fue un detonante. Desde ahí que dije, algo está mal.

¿Y en tu casa?

En mi casa eran católicos, practicantes, sí. No eran chupacirios pero sí muy espirituales…

Vos decís, sos ateo, agnóstico… ¿en qué crees? ¿Cómo crees que vivís lo que es importante para vos?

Mmm… no sé, no sé si me lo planteo mucho. Yo creo en el ser, no en vano  hay 5.000 años de historia, quizás nos toca o no nos toca ser un pedazo de eso que va quedando, quizás modificamos algo, quizás no nos toca ser el que modifica algo, lo cual no me quita el sueño; no es que yo vivo para eso… Creo que el motor de lo que hago son mis hijos, la gente que quiero, es un motor inexplicable si querés…

Vamos a tu obra. ¿Tenés un método? ¿un procedimiento?

Yo hago pintura, dibujo y a veces escultura en pequeños formatos. La técnica es el resultado de lo que pasó primero por la cabeza, de lo que quiero trasmitir. A veces uno está experimentando con algo, y eso dispara cosas, y en ese proceso empezás a descubrir que estás comunicando algo. Soy de los que piensa que la obra es comunicación. Cuando yo estoy trabajando una obra, un dibujo, lo que sea, estoy comunicando algo.

Si miro para atrás, veo que yo fui abordando distintas temáticas, y que el eje siempre es el hombre, pero lo que se va modificando es el zoom, a veces estoy en macro, pegado o desde adentro y a veces desde afuera, y eso no lo controlo… eso pasa.

A veces llego a la obra accidentalmente y después la empiezo a desarrollar. Y eso es un proceso de laburo, yo dibujo todos los días, entonces en algún momento algo va a salir.

¿Cuál es la actitud que traducís en tu obra? ¿Podés pensar una respuesta aunque obligue a una generalización?

En general soy más irónico que violento, y busco a través del chiste generar algo en el espectador…

Los metamensajes están todo el tiempo, y ese es el mambo interior, después la obra la consume el que quiere, la ve el que quiere y le gusta al que le gusta y al que no… Hay gente que se interesa por saber un poco más, y quizás te pregunta. Tampoco son códigos que oculto, si te interesa, te lo cuento; sino disfrutá la obra como la sientas.

¿Vos vivís de lo que haces?

Si, de las publicaciones de los dibujos, hago diseño gráfico, hago algunas ediciones de libros, y vendo las obras. Trabajo de manera independiente y eso tiene algunos altibajos. A veces la obra se vende, a veces está parada. En épocas de crisis económica el arte es lo primero que se recorta, en todos los ámbitos.

¿Qué podés decir de lo que implica la comercialización de la obra?

Lo que yo hago como producción artística, como obra, no me lo va a modificar nadie, ese es mi mundo. Pero si vos me encargás algo que no es mi onda, no tengo problema, aunque últimamente selecciono mucho más los trabajos que agarro. Necesito algún punto de empatía para hacerlo sin después terminar de mal humor por hacer algo que no me gusta. Y creo que una cosa alimenta al a otra. Para mí el arte es una manera de vivir.

¿Cómo ves a Salta, en relación al arte?

En Salta en los últimos años empezó a generarse cierto movimiento. En parte a partir de la auto-gestión como Fedro, Bordó, Mamoré, etc y también con las apariciones del MAC y el Museo de Bellas Artes, sumándose a la Casa de la Cultura… fue todo un gran aporte a la escena artística. Toda esa infraestructura va legitimando el arte, va generando un circuito de arte. Hay movimiento. Salta es como un pueblo grande, y es más fácil ramificarse y hacer esa metástasis social. No sabes por dónde te pueden aparecer oportunidades. A mí haberle hecho las tapas a Los Huayra, me abrió otras puntas, me conoció otra gente que se interesó en poner arte en sus gráficas como Mariana Baraj, Perro ciego, etc…

¿Cuál es la temática de tus obras?

Lo que está todo el tiempo es la presencia del hombre; lo que hacemos y deshacemos; el hombre por sus elementos, por lo que deja y por lo que modifica. Yo creo que uno va contando lo que tiene a la vuelta y lo que le pasa. (piensa y continúa) … los chicos, mis hijos, me cambiaron mucho la forma de abordar el arte…

¿…la concentración?

No, la forma de pensar; pienso el arte de otra manera. Cuando era más chico era también más punk. Tenía una forma más bélica con respecto a la obra, era más confrontativa. Estaba en una lucha, y al nacer mis hijos cambió el sentido me parece, desde ahí  empecé a abordarlo desde un costado más lúdico, para pasarla bien, no para pasarla mal.

¿Tenés algo puntual, que quieras trasmitir en tus últimos trabajos?

No sé si hay algo especifico, quizás sea medio pretencioso el querer trasmitir una idea unidireccional… uno busca más bien una forma de contar cosas que después serán interpretadas según el espectador. Cuando uno arma una muestra, está contando algo, está exponiendo su visión sobre eso. Analizado de una manera, pensado de una manera, y producido de una manera. Si creo que en mi trabajo, la intencionalidad es que a través de cierta ironía y códigos le pase algo a la otra persona.

¿La política te interesa?

Si, me interesa mucho y no estoy nada contento con este gobierno ni los anteriores. No milito, es más, no me gusta la palabra militante, pero sí creo que mi obra tiene, a su manera, contenido político.

Verdad/ Muerte/ Amor/ Destino

La verdad: fundamental

La muerte: soy desapegado, no voy a los velorios, prefiero no tener vínculo con lo fúnebre. No me enrosca, no está dentro de mis preocupaciones.

El amor: el motor. Tan fundamental como la verdad, van de la mano.

El destino: uno a veces piensa en un destino escrito, ser un tocado por la varita, pero para ser ese elegido tenés que estar listo, generando cosas y produciendo, porque te puede pasar que te llegue el momento y te lo pierdas por dormido.

MUESTRAS

Exposiciones individuales

2017 – “El Buscador y el Vino” – Budeguer – Mendoza

2015 – “Cabezas de época” dibujo/digital – Kaleidorama – Bs. As.

2014 – “Sorongonia” pintura / dibujos – M.A.C. Salta

2014 – “Voladores, Caminantes y Soñadores” dibujos – Galería Thames –  Bs. As.

2013 – “Voladores y caminantes” dibujo/digital – Mus. Arte Contemp. Santa Cruz – Bolivia

2012 – “Gente Transparente” escultura/objeto – M.A.C. Salta

2010 – “Con la izquierda II” dibujos – Galería Mamoré – Salta

2009 – “Ciudad Feliz” pintura/instalación – M.A.C. – Salta

2009 – “Con la izquierda” dibujos/historieta – Galería Fedro – Salta

2007 – “Múltiples” pintura/instalación – C. de la Cultura – Salta / Catalinas Park Tucumán

2006 – “Cabezones de la Sociedad” dibujo/esculturas – Plaza de Almas – Salta

2005 – “Argentino Manggiacapeletti” pintura/objeto – Fundación Salta

2004 – “Bolivianas” pintura/dibujos – Colegio de Psicólogos de Salta

 

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AIRE
mayo 29, 2018|Random

AIRE

Tiempo de lectura: < 1 minuto

 

Otro capricho,

me empujó a los cerros,

yo no sabía,

ya que esperar.

 

Grata la sorpresa,

al ver lo que él buscaba:

era una alegría,

sin ser felicidad.

 

A él lo seguí,

sin pensar siquiera,

Por su andar yo supe,

que podía confiar.

 

Un haz de luz,

dibujaba las ramas,

cuando se apagaba,

lo podía soñar.

 

Y en el silencio,

el trote inocente,

de un vago recuerdo,

que llevaba un penar.

 

En la cima…

el descanso,

y en su remanso,

mi despertar.

 

Fieras salvajes,

no se veían,

sé que se escondían,

en algún lugar.

 

Me acosté en su lecho,

bajo su cielo.

El corazón afligido,

en su palpitar.

 

Un meridiano,

surcaba los cielos,

Lo tomé con las manos,

lo quería tocar.

 

No encontré medida,

que lo describiera,

solo el anhelo,

de volver a empezar.

 

El aire del cerro,

no es el mismo aire,

que circula en las calles,

que sopla en el mar.

 

El aire del cerro,

no es el mismo aire.

En el cerro el aire es mío,

El aire es mío…

y de nadie más.

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1850
mayo 29, 2018|Cartas

1850

Tiempo de lectura: 2 minutos

                                       Salta, mayo 27 de 1856

De Salta a Cobija

Mi Adolfo amado:

No tuve el gusto de contestar tu carta en el correo pasado, porque estuve en Cerrillos, como te diría Sergio. También te habrá contado de la fiesta de Sumalao, donde pasé 7 días.

La víspera del Corpus llegaron de Jujuy Don Pedro Portal y Mariano, después de haber despachado al Paraná a Don Ramón Alvarado y sus dos niñas. Estos amigos se hallaron aquí en las fiestas de Corpus, que como siempre, estuvieron muy lindas. En estos días hubo 3 tertulias. Fue la primera un convite de Don Saturno Tejada a Sergio para tomar un néctar, y bailaron hasta las 2 de la mañana. La segunda, fue el 25 de mayo en la misma casa, por iniciativa de los jovenes, y la tercera fue anoche en casa de Don Evaristo, donde habían preparado cerveza, mistelas con masitas y el néctar. Bailaron hasta las 12 y tu buen hermanito estuvo anoche como el mismo Mandinga. Despotizó a Manuelita hasta que más no pudo, no bailó con ella una sola vez, ni le hizo un brindis en toda la noche, y me desesperó a mí de aflicción al ver que estaban advirtiéndole sus padres. Y todo fue por no sé que historias del baile anterior, que no había querido ella tomar una copa de champaña por él. En fin, no se en qué parará esto. No he visto un niño más caviloso que Sergio. Me dio lástima al ver la maldad con que los hombres despotizan a las mujeres, aunque se estén muriendo por ellas, nada más que porque las ven más débiles que ellos!

En las tres reuniones me brindaron tus amigos como de costumbre. Juanito Uriburu, Ricardo, Don Gustavo, Feliciana, Jacobita, Petronila y sobre todo Doña Jacoba que hace extremos por vos.

Don Pedro vuelve a Tacna, muy contento de la República Argentina, y resuelto a venirse con su familia en el año entrante. Sergio le dijo que es probable que se vengan ustedes dos juntos porque he advertido que le ha hecho mucha impresión lo que le has escrito sobre Frontaura. 

Me ha sorprendido saber que estás sufriendo de muelas con tan buena dentadura y el cuidado que tienes. Recibe los recuerdos de tu tía Jacoba, María Manuela, Nicolasa, Elisa y las chicas.

Tu amabilísima madre,

Gregoria.

 

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BEATS
mayo 26, 2018|Beats

BEATS

Tiempo de lectura: 4 minutos

“Sentir es un pensamiento extravagante”

Fernando Pessoa

 

Tomé el primer avión, para cerrar una circunferencia. Cuando estuvo lista, caminé algunas calles. Elegí siempre las veredas con sol, y miré las hojas sobre el pavimento. No todas las hojas; hubiera sido imposible.

La luz era oscilante y yo la deseaba. Busqué las puertas que abren más puertas, y de estas, encontré más que tres. En una de ellas otro número me llamó a su juego, hasta que sin buscarlo esto encontré: el anhelo de una mujer, surgido de sus primeros años, nacido detrás de otras puertas, de esas que abren más puertas, y te llevan al mar.

Su anhelo dibujó el ser de un hombre, que pudo ser; que fue o no fue, y a quien creó a imagen y semejanza de la belleza de sus propias metáforas.

Si. La divinidad del hombre, de la mujer, está en su imaginación.

En la completud de mi circunferencia: un lazo la ata. Y me desata.

Querido padre:

Me siento el más desconocido de los hombres. Tengo sobre mi escritorio 25.000 fichas, escribo todos los días de 5 a 11 de la mañana, nadie puede entrar a mi gabinete de trabajo, Honorine lo tiene prohibido, también los niños, y tanto esfuerzo, tanta regularidad monacal, apenas me han servido para fraguar manuales de buenos sentimientos.

Si sigo así, padre, nunca podré probarte que nací para esto, no para recorrer los tribunales ni para jugar, como tú, el juego mentiroso de las Leyes. Te habré decepcionado sin remedio. Mi vocación, a la que te opusiste desde el vamos, siempre fue el océano. Lo supe aquella vez en que quise fugarme de casa para ver el Mar del Norte. El mar con su profusión de islas, sus lecciones de abismo, sus bosques sumergidos donde volaban peces fulgurantes, todos ellos poliedros de una sola fascinación, la libertad.

A la realidad, padre, siempre le faltó realidad, por eso me dediqué a imaginar que es, siempre, muchísimo más grande que vivir. Y es eso todavía lo que busco al escribir: desplegar los fósiles de la duración, organizar geometrías donde la expresión, amotinada, encuentre el asilo de un naufragio. Allí, encerrado en mi cripta, mi centro de soledad, mi mundo silencioso, instalo mis seres protectores. Allí, preparo mis proezas, mis ensueños de marcha en la inmovilidad, mi drama emparedado. Anoto. Llevo el registro de lo inhallable, me olvido del fardo, de mi matrimonio y de su asfixia de veladas frívolas. Digiero, en suma, la ira que me embarga contra esos tiburones que son los seres humanos. También aprendo a morirme, a serme fiel, a construirme por dentro para secretar mejor lo que no sé, para saber qué habla en mi casillero vacío. ¿Qué son mis viajes extraordinarios sino preguntas extraordinarias, sobre mis mundos conocidos y desconocidos?

¿Necesito ser feliz? No lo sé. Tampoco se si es importante conocer el arte de la caricia. A veces pienso que el amor es una pasión absorbente que deja muy poco espacio para otra cosa en el corazón del hombre.

Ahora trabajo en un libro nuevo ¿qué podrán importarme las neuralgias faciales que últimamente me atormentan? ¿los frecuentes vértigos? ¿La voracidad que me persigue? No es un precio tan alto, después de todo. El plan de la novela está acabado y será maravillosa. Tendrá resonancia de las caracolas marinas, la grandiosidad de los cataclismos. Allí he instalado a mi héroe, un capitán cuyo nombre es Nemo, un hombre atrincherado en un barco que avanza bajo el agua y pelea sin cuartel contra los cachalotes, los hielos, los pérfidos ingleses. Jamás he tenido tema tan hermoso entre las manos. No me perdonaría si me saliera mal. El barco se llama Nautilus. No sé de que estoy más enamorado, si de esa amalgama de clavos y de tablas o del odio implacable que hace de mi capitán un verdadero arcángel.

¿Te gustará? Quién sabe. Me temo que este insumiso que eleva la bandera negra de los piratas te parezca demasiado huraño, demasiado ajeno al ajedrez de tus convenciones sociales. Pero Nemo, ya lo habrás adivinado, soy yo. Cuando navega, su música coincide con la mía que es también la música de la noche y la claridad. Nunca una música se pareció tanto a una cuna, ni esta a un recuerdo transparente. En ese recuerdo, un niño ordena su mundo en un álbum de figuritas como más tarde, ya adulto, ordenará su infancia en la cueva de la escritura.

Ya ves: nunca dejaré de querer convencerte de mi deseo. Y eso que me siento cansado y a veces, sospecho que mi rebeldía no ha sido más que una forma de obediencia. Puede incluso que el viaje – todo viaje – dibuje una circunferencia y que al momento mismo de la partida, su historia, sea ya la misma historia de un retorno.

No importa, sigo eligiendo la sombra: la sombra es también una habitación, padre. Al elegirla, le doy un nombre:  imposibilia.  Y desde allí, lanzo mis palabras como si fueran dardos, pequeñas flechas que vienen de la respiración y van a la respiración y quieren una sola cosa: mantener al mundo – incluso lo que no me gusta del mundo – en estado de enigma.

Ojalá le des la bienvenida a esta carta. 

Tu hijo muy afectuoso, que trabaja como una bestia y cuyo craneo va a estallar, 

Julio.

* Carta extraída de “22 Cartas Extraordinarias de escritores muy reales”, de María Negroni.

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mayo 18, 2018|Capiton(é)

12 x 12

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– IV –

.PAULA CASALDELRREY.

 

 

Una gota constante, perfora una piedra.

Lucrecio

Un bosque tiene esa cualidad, la de hacernos creer que estamos perdidos: si nos agarra la noche, o nos quedamos dormidos, si oscurece demasiado, o nos asusta el frío: no hay atajos, si no hay caminos y no hay bosque, si no hay desvío. 

Nadie permanece en el bosque – sin embargo – sin estar un poco riendo, un poco jugando; sin nutrirse de su suelo o hipnotizarse con su canto. 

Entre el 1 y el 2, existe un bosque de decimales, y es en ese bosque donde la encontré.  Cuando sucedió, ajustaba las últimas piezas de su propio equilibrio: de un lado conservó el orden, del otro, el sin-sentido.

Sin ser dos, serán dos sus caminos, que siendo dos, serán uno y el mismo;

  Y al final será otro bosque; otro bosque escondido.

  1. ¿Cómo definís tu relación con el arte?

Es compleja y contradictoria.

En 2007 me recibí de Diseñadora de Interiores; pero así como me dieron el título, lo dejé por ahí, y me fui a una Escuela de Circo. Cuando era niña quería ser artista, me gustaba pintar, pero en casa no tenía demasiada información, no sabía incluso que se podía estudiar Arte. Ya de grande, y luego de recibirme, me fui involucrando en distintos rubros del arte, donde empecé a descubrirme. Fueron muchos años de experimentación, buscando hacia donde apuntar, hacia donde ir.

Alrededor del 2009 empecé a hacer Gestión Cultural. En 2010, creamos con mi compañero de entonces, una Casa de Arte, una especie de Centro Cultural Independiente, que se llamaba TicPic: organizábamos eventos, muestras, diseñábamos obras junto a otros artistas. Hicimos cosas muy grandes. Pero en un momento sentí que la etapa de gestión estaba cumpliendo su ciclo; me vi siendo sólo gestora de arte y no artista, esto ocasionó una crisis tremenda. Decidimos cerrar y volví a encontrarme con ese ser artístico productivo, no desde la mera organización sino desde la creación de obras.

Justo en ese momento, me llamaron para hacer una remodelación importante de interiorismo. Dije que sí, sin medir las consecuencias, aunque no había hecho un plano desde que dejé la facultad, estaba totalmente desactualizada… Me sirvió para darme un sacudón, retomar el diseño y empezar a vincularme nuevamente con ese universo.  Me reencontré con ese ser diseñador, que me encanta, pero que no convivía con el ser artista. A partir de entonces, fueron años de vivir en una constante lucha mental entre el ser diseñadora, y el ser artista, hasta te diría una bipolaridad, que no podía resolver.

En 2014 fui mamá, y fue para mí una especie de muda de piel, de darme cuenta de los posibles dentro de los imposibles. Pude ver que estos dos mundos convivían dentro de mí; soy una persona contradictoria, creo que siempre lo voy a ser; entonces ¿porque no hacer convivir esta contradicción amigablemente? ¿el arte y el diseño, no podrían tomarse de la mano?

Así, cuando finalmente renuncié a los extremos, surgió FEO, proyecto donde se plasmarían todas estas contradicciones, aunque dialogando de forma amigable.

Osea que la maternidad hizo de tope a todo esto.

Hizo de peaje. Antes de eso, había sido una cosa o la otra, imposible de convivir. Y después de haber sido mamá, empezaron a amigarse las dos partes. La causa no fue solo la maternidad, sino también el hecho de tener un gran compañero como Alejandro, el padre de Raymundo. El estar con él, me ayudó a madurar profesionalmente en muchos aspectos, no solo porque era más grande que yo sino porque tenía una madurez laboral que yo no tenía, me enseñó muchas cosas. A partir de ahí, ese ensamble entre el arte y el diseño se empezó a consolidar.

En el año 2015, vuelvo a fundar mi Estudio Feo (creado vagamente en 2012), y creo la Marca FEO, con el lema “Obras de Arte Utilitarias”. En ese momento no sabía con exactitud lo que estaba diciendo, pero pasan los años y me doy cuenta que no podría haber sido más atinado: lo que hago son obras de arte utilitarias. Estas, por ejemplo, son macetas, pero también son esculturas. Empecé  entonces a encontrar esos posibles, a involucrarme en el mundo del diseño en todas sus facetas (industrial, gráfico, indumentaria, etc.). Y pude ver que esa “crisis” que yo tenía no solo me atravesaba a mí, Paula, sino a un montón de creativos de diversos campos, que no era la única con esta problemática.

Siento ahora, que esta “muda de piel” está concluyendo y se acomoda todo un poco más. Me encontré con lo que quiero hacer, y me siento muy bien; en amistad con mis dos partes. Siento que puedo trasmitirle eso a mi hijo… menos mal que me estas haciendo la entrevista ahora y no el año pasado.

 2 ¿Haces análisis?

Si, permanentemente, pero no con un analista. (Risas)

3. Cómo es tu proceso creativo.

Es un caos necesario. El proceso creativo es libre y caótico, aprendí a no tener miedo a perderme. Es tirar todo sobre la mesa y experimentar. Se necesita mucho tiempo, tiempo para hacer pruebas fallidas. La consigna base es la experimentación y no temer a esa prueba y error, porque las dos cosas son absolutamente necesarias.

Es caótico, aunque con un fino orden tácito, implícito, casi imperceptible, pero que existe. Vas, volvés, anotás cosas, pensás que algunas son inservibles, y después te das cuenta que no lo son tanto. Siempre hay una continuidad entre el boceto inicial y la obra terminada.

4. ¿Tu estado de ánimo interviene en el proceso creativo?

Seguro que mi estado de ánimo influye, pero he creado en todas las situaciones emocionales con la misma intensidad. Varía la obra porque varía el momento de mi vida, varían los colores y las texturas, pero no hay un estado anímico que me impulse a crear más que otro. Sí se que hay artistas que escriben mejor cuando toman ácido, por ejemplo. A mi no me suman las sustancias, al contrario, para crear necesito un estado de conciencia claro y limpio; yo todo el día tengo ganas de hacer esto, en todo momento, a toda hora, me olvido de comer aveces. Mi ánimo teñirá la obra de diferentes matices, pero la intensidad productiva es la misma, sobre todo si hay una consigna y un tiempo para respetar.

5. ¿Tenés referentes o influencias para producir?

Cuando arranqué y era muy chica, lo que la gente comúnmente conoce… Dalí, Picasso, Miró, conocía poco de artistas y movimientos. Más adelante supe desprenderme de estos mentores, y encontrar mi propio camino. Ahora todo me inspira, todo lo que estoy mirando, todo y todo el tiempo. Es abrumador, pero placentero a la vez. Siento una especie de fascinación con la naturaleza y esa fascinación se traduce en la obra, dejo que la invada.

6. Ya resolviste la dicotomía arte – diseño. Haces productos de arte utilitario, acá se complica la recepción. ¿Cómo la mostras, donde la vendes? ¿Cómo te llevas, en general, con la cuestión comercial?

Está en camino… iniciándose. Yo no podría trabajar en relación de dependencia jamás, porque me muero si un día se parece al otro. Me muero. A la semana lo dejaría. Por eso soy una emprendedora independiente.

Al hacer una obra de arte no pensas en el costo, el precio final, el “usuario”, la reproductibilidad, etc. Si lo haces, pierde su lado más puro, sensible y poético. El arte trasforma desde otro lugar, ya sea material o inmaterial, no debe pensarse en función de un mercado.

Pero en el mundo del diseño todo es diferente, uno crea para un público consumidor, piensa el producto desde cero considerando su costo total incluso antes de sacarlo al mercado. El diseñador no puede ni debe ignorar al usuario. Vos no podés vender una mesa a millones, una mesa es una mesa; si esa mesa no se sostiene por si misma, o es demasiado cara, nadie te la comprará. Así funciona.

En agosto de 2017 me seleccionaron, desde el Ministerio de Cultura de Nación, para representar a Argentina en MICSUR (Mercado de Industrias Creativas de América del Sur), evento que se llevará a cabo en noviembre de 2018. Somos una delegación de veinte diseñadores, diez en sector Moda y diez en sector Producto/Servicio y ahí está FEO, como marca.

MICSUR permite vínculos de negocios, con potenciales compradores de todo el mundo. Cuando me dieron la noticia no podía creerlo, tomé conciencia de que me habían elegido por mi potencial creativo, pero que había muchas cosas que pulir. Los jurados me sugirieron que haga foco en algo y que piense como iba a trabajar la escalabilidad en mi producción. Eso fue entrar en un nuevo paradigma, porque a partir de entonces, todo lo que estoy creando, lo pienso en función de su escalabilidad. Entré en una etapa de cierto adiestramiento, aprendiendo a vincularme con la industria y a estudiar sus sistemas productivos.

7. Me decías que la naturaleza te inspira, ¿qué temas te interesan? ¿Tenés temas que se repiten?

Muchas de las cosas del diseño las elijo por mis posibilidades técnicas. Eso es lo que condiciona la elección de lo que voy a hacer. Últimamente hubo una línea bastante orgánica, hacia las formas  que se encuentran en la naturaleza. Quiero hacer obras/productos que sean funcionalmente bellos, me rige la belleza, absolutamente. La belleza, según yo.

8. Podés determinar un qué en tu vida, infancia, adolescencia, que hayan hecho la diferencia en esta forma de ser. Que te haya dado una sensibilidad particular, el no tolerar que dos días sean iguales, el de repente haber podido darte lugar para la experimentación de años, vivir en cierto caos.

Creo que tiene que ver con que mi vida fue caótica. Mis viejos se separaron cuando yo tenía dos años. Me crié en Jujuy con mi mamá. Ella fue una gran influencia, siempre fue absolutamente cambiante. Fue fisicoculturista, luego devota franciscana, luego obstétrica, luego piquetera, luego fitness, ahora es chamán. Si bien había cierta constancia y cierto orden… no es el común de la gente… es una persona excéntrica, auténtica y que literalmente “hace lo que quiere”. Mi papá, por el contrario es médico, un tipo bastante serio y hermético, aunque con un alto grado de sensibilidad por el arte y la música; nada que ver con mi mamá. Con él conviví recién a mis 17 años, cuando me vine a estudiar a Salta, ahí empezamos a conocernos mejor.

A pesar de toda su anormalidad, mi mamá me dio una herramienta increíble, que supe apreciar ya de grande: el “no me importa”, el “puedo ante todo, no hay imposibles”, el “debo hacer lo que amo”, me constituyó. Y bueno, esta madre, y sus permanentes cambios, hicieron que hoy no pueda soportar que un día sea igual al otro.

9. ¿Cómo definís la belleza?

Es subjetiva. Creo que se trata de “especies de configuraciones armónicas”. Todos estamos calibrados armónicamente de formas diferentes, vibrando de modos diversos. Pienso que cuando nos sentimos atraídos visualmente por algo, y ese algo realmente nos gusta, es porque encontramos en dicha representación una vibración armónica similar a la nuestra, es como si su creador estuviese calibrado de forma similar a nosotros. Emisor y receptor se encuentran como en sintonía.

En la obra artística exhibimos nuestra configuración armónica, a veces el espectador la ve, puede sentirla y apreciarla; aparece un tinte que en su día a día no está y el artista se lo ofrece, haciéndole conocer un semitono, un decimal, a algo que está en el medio.

El artista tiene la posibilidad de entrar en esas rendijas decimales, números entre el 1 y el 2. Socialmente vivimos en el 1,2,3,4,5,100. Porque la vida lo exige, lo exigen nuestras actividades de todos los días y el tener que ocuparnos de lo cotidiano, de nuestros hijos, del trabajo, etc. Pero el artista logra escaparse y apartarse un poco, y empieza a trabajar entre los números en medio de los números, y entre los tintes en medio de los tintes, se desvía… es un “desviado”.

Esos desvíos son puntos armónicos especiales que el ser creativo posee y emite, y que el receptor puede sentir, ya se trate de una canción, una escultura, un libro, etc.

10. Amor/muerte/destino

Amor: El arte es amor, y el amor es arte. A veces uno dice la frase “por amor al arte” y no toma conciencia de esas palabras; pero el amor al que me refiero es a una entrega absoluta. También hay algo de placer en el amor, no todo, pero algo de eso hay, y no me refiero al placer sexual. Para mí, el arte y el amor son inseparables. Es… dar sin esperar recibir. El verdadero arte, y el verdadero amor.

Muerte: La muerte es la inminencia de las inminencias, es mi fin, lo sé. No le temo, aunque le pido que tarde en llegar, que demore un poco, al menos hasta que Ray tenga la claridad para comprender que es el fin de una vida y que sonría al recordarme. No creo en un “después de la muerte”, creo en la memoria de los que nos conocieron, y allí estaremos, hasta que dejemos de estarlo…

Destino: El destino es una idea, una palabra que necesitamos para justificarnos.

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.SIN.
mayo 13, 2018|Capiton(é)

.SIN.

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Un exceso de libertad,

se expresa así:

en una negación.

 

La convención que a todos seduce,

no me excluye, pero es excluida por mí.

 

Como todo exceso,

termina regalando infiernos,

más de hielos,

que de fuegos funestos.

 

Mas se equivocan:

no hay sujeción,

libre de engaños.

 

Lo más real,

de lo más etéreo,

es el despojo

(y progresivo),

de todo aquello…

de lo excesivo.

 

Sin sujeciones, y sin engaños,

la verdad, no tiene exclavos.

 

Lo más etéreo,

no pesa nada,

ni carga excesos,

ni se enmascara.

 

 

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