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febrero 3, 2020|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 11 minutos

– DAVI MASCARENHAS –

1.¿Qué edad tenías cuando empezaste a tocar la guitarra? Y porqué o cómo…

Tenía 11 años y una admiración muy grande por la música y principalmente por la guitarra, tanto la guitarra eléctrica como la guitarra acústica, era algo que me gustaba profundamente. Sentía que yo quería tocar ese instrumento, sentía que ese instrumento era para mí.

2. ¿Cuál fue tu primer encuentro con una guitarra?

Mi tío había comprado una guitarra para mi prima. Pero ella no se mostró interesada, y la guitarra quedó ahí, en la casa de mis abuelos. Un día, mi tío me preguntó si yo la quería. Fue adentro de la casa, y me la dió. Fue el mejor regalo de mi vida.

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diciembre 1, 2019|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 6 minutos

– SERGIO G. DIAZ –


¿En que momento de tu vida surgió tu interés por el arte, o cuando empezaste a producir?

Desde muy chico tuve contacto con el arte. Fue mí mamá quien nos acercó a mi hermano y a mí al dibujo y la pintura, como una actividad recreativa y lúdica.

En casa no faltaban los materiales. Mi mamá veía que teníamos cierto potencial y nos llevó a algunos talleres particulares. Nací y viví en Güemes, hasta que terminé el secundario, asique hasta ese momento, aprovechamos las oportunidades que habían allá.

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octubre 5, 2019|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 4 minutos

– XI –

NICOLAS PICATTO

 ¿A qué edad empezaste a relacionarte con el arte, o de qué manera? 

 Empecé desde muy chico… tres o cuatro años. Me atraían los lápices, pintar, manchar.. esas cosas. Después me enganché con los cómics y empecé copiando lo que veía. También construía cosas con mis juguetes. Tengo dibujos guardados, de cuando era muy muy chico.

Mi vieja me motivaba, empezó a comprarme libros de arte, colecciones que se publicaban semanalmente.. y así supe ya desde chico, como se construye una obra, una escultura. No podía creer que pudiera esa gente crear así y pensaba: a ver si yo puedo acercarme un poco… y me di cuenta que con la práctica me podía acercar a eso. Entendí que hay un proceso… que lleva tiempo. Tuve un primer período muy realista, alrededor de los 12 años. Más adelante, empecé a crear, ya no a copiar, me interesaba diferenciarme y la creatividad.

Si bien soy el único artista de mi familia, en mi casa todos tenemos una sensibilidad incorporada, mi carrera surgió naturalmente y a nadie le sorprende que me dedique a esto. Si puedo decir, que de adolescente fui muy conflictivo y el arte me ayudó a canalizar un poco… bueno, no sé, capaz me agravó lo transgresor, jaja.

¿De qué manera te formaste? ¿Recibiste una formación sistemática?

Estudié en la Escuela Terciaria de las Artes, en Córdoba. Primero me anoté en la universidad pero yo solo quería incorporar ideas a lo que ya venía haciendo, así que me pareció mejor un terciario. La conexión ahí es diferente, no es un ámbito tan intelectual, tan pesado… en ese ámbito hubo rock and roll, faso… esas cosas.

¿Qué vinculación hay entre el faso y tu obra?

Básicamente, se modifica la percepción de lo que quiero crear. Si estoy fumado, lo más común es que sienta que estoy creando algo magnífico, y después me doy cuenta que no. No soy realmente yo. Necesito mucha lucidez cuando estoy trabajando, sobre todo en la pintura, por la combinación de colores. Los colores vibran uno al lado del otro, de distintas formas, y es algo que tengo que poder captar. Esa lucidez la pierdo si estoy fumando. Una obra llega, cuando la teoría está aplicada.

¿Qué podés decirme de tu obra? ¿Tenes temas recurrentes?

Hace años busco un estilo, no se si puedo definirlo de alguna manera pero viendo en perspectiva sí hay una continuidad. Siempre me encuentro con una ausencia, con la soledad y también con el humor. Creo que eso es lo recurrente, eso, entre otras cosas.

Empecé con el dibujo paralelamente a la pintura. En mis dibujos las figuras humanas tienen un papel preponderante, figuras humanas desnudas. Si alguien está vestido, seguro está descalzo. La figura humana me interesa mucho, las sombras, los claroscuros.

Cuando vos ves un cuadro, no lo ves 100 % a primera vista. El ojo va primero a un lugar, y solo después tu vista va a hacer un recorrido. Cuando hay figuras humanas, ellas generan tensión en el espectador. Me interesa eso, esa tensión.

¿La inspiración? ¿De dónde surge?

Me nutro de escenas que veo en la calle, me gravo esa imagen y la anoto. Me pasó de perderme cosas hermosas por no anotarlas. Pero ahí, a partir de esas escenas me vienen ideas a la cabeza. Tengo que anotarlas al toque porque sino se me van. Hago un boceto rápido, algo chiquito. Después trabajo la obra con más detenimiento.  

Yo daba clases de pintura, mis alumnos venían con una foto para copiarla y yo les proponía que creasen algo, la gente tiene miedo de que les salga una araña sobre la cabeza de alguien! Y no pasa nada. Para mí, cuando a vos te sale algo, no tenes que frenar, sino seguir, seguir, seguir y que salga lo que salga… La principal virtud de una persona creadora es que no le pone freno! Dejar fluir… parece simple, pero cuando estás muy esquematizado y estructurado no podes. Cuando intelectualizas mucho, ya no comunicas.

¿Qué función cumple el error en este proceso creativo?

A veces tacho, a veces borro. El error tiene que ver con cómo estoy en ese momento, y a veces lo dejo y lo retomo otro día. Me pasa que a veces dejo algo, me frena un error, o una dificultad y después cuando lo agarro de nuevo, me gusta.  Me pasó también, que cuadros que no me gustaban fueron los que más rápido se vendieron.

¿Tenes rutina para trabajar?

Automaticamente te preparas para trabajar, haces el hábito, se te hace una rutina.

Soy carpintero también, hago marcado de cuadros, bastidores. Me encargan y vendo. Me encanta. Tengo el taller en casa de mi padre.

Ahora estoy laburando con el arte urbano, estoy haciendo unos rostros gigantes, los corto en seis y después los pego, pero hay lugares donde no se puede pegar o pintar porque a la gente puede no gustarle. Entiendo que pintar un mural al aire libre puede traerme muchos problemas. Te comés unos garrones tremendos si te agarran in fraganti pintando; la problemática es la misma en Europa. Hace unos años cerca de Lisboa en Portugal tuve un disgusto por ese tema. En Europa te sacan todo, te detienen.. No quiero pasar otra vez por esto. Por eso, ahora uso una técnica más efímera en papel, lo hago rápido, de noche, y lo hago porque me encanta. Salir de noche y pintar y que no haya nadie un martes, me encanta! La nocturnidad y todo eso que la envuelve… esta buenísimo. Eso me tiene muy copado. Como artista uno tiene que estar siempre haciendo cosas, exponiéndose. Cuando uno está en actividad, surgen cosas.

¿Tu animo interviene en tu obra..?

Si si si.. el animo interviene en mi obra, totalmente. Cambia el color, las paletas. Desde el bajón pueden salir cosas hermosas, alucinantes. La soledad te hace entrar en lugares oscuros pero de mucha creatividad, es un campo abierto para la creatividad porque no te importa nada. Curiosamente ese bajón te da libertad de acción.

¿Sos religioso?

Fui a un colegio de curas acá en Salta unos tres años en esa edad de las hormonas… una experiencia muy negativa, fue un bajón, entonces incorporé la mala conducta y cuando tenía catorce me echaron, pero sí hice lindas amistades.

AMOR , DESTINO , BELLEZA Y MUERTE

Una sinfónica, porque son instrumentos, es como una orquesta y eso produce una sinfonía.

                                               F I N .-

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agosto 20, 2019|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 6 minutos

– X –

JORGE CORNEJO ALBRETCH

Contame sobre tu recorrido Jorge ¿cómo lo describirías?

Bueno.. empezando por el principio te diría que pasé por todos los colegios y que en dibujo solían desaprobarme. Por aquel entonces, lo clásico era trabajar con las naturalezas muertas, los modelos de yeso, las columnas y yo hacía todo lo contrario.

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julio 29, 2019|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 5 minutos

– IX –
.ROLY ARIAS.

    
Contame, porqué empezaste a pintar.
Bueno… soy autodidacta, no tengo un modo de saber cómo o cuándo empecé, lo que sí sé y puedo precisar es el momento en que me di cuenta que eso que hacía iba a tomar la forma de una actividad definida, no ya algo marginal. Terminada la secundaria, dibujaba siempre y escribía poesía, que era mi pasión, quería ser poeta.
Dejé de escribir porque no tolero leerme; odio leerme. No me tengo paciencia para las cosas que escribo; en esta auto crítica siempre salían ganando los dibujos, era mucho más amable lo que me devolvía el dibujo que lo que me devolvía lo que yo escribía.

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mayo 11, 2019|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 4 minutos

– VIII –
.JULIEN GUINET.

Tiempo de Lectura: 4 minutos

1.¿A qué edad empezó tu relación con el arte?

Desde muy joven. Mi padre, que se daba maña para dibujar, había pintado en mi cuarto un mural de los pitufos y unos años después, lo reemplazó por otro de Asterix. Recuerdo que estaba fascinado con esos murales, lo que me lleva a asegurar que ellos fueron parte de mi primer encuentro con el arte.

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noviembre 22, 2018|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 8 minutos

– VII –
.FELIPE CATALÁN.

Tiempo de Lectura: 8 minutos

 

“Si en nuestra vida hay muchas pequeñas muertes,

también hay muchos pequeños nacimientos”.

Martin Heidegger

 

Verá Soledad… la vida es un poco de quien arriesga y descubre un nuevo sentido. Y siempre hay tiempo para ello. A pesar de la edad, hay tiempo.

 ¿Usted no es de acá?

No, vivo acá desde el 84, ya pasaron como treinta años.  Yo vengo de Bolivia. Con mi familia emigramos en esa época; los chicos todavía en edad escolar, de siete, cinco y tres años.

Trajimos una maletita y un colchoncito, después supe que también los españoles vinieron de esa manera, que los italianos, los de Polonia.

Pero yo no escapaba de una guerra, yo vine buscando hacer algo con este sueño que me importaba.  Tuve el reto de buscar un nuevo lugar.

Añoraba la arboleda, siempre pensé que mi vida se iba a acabar debajo de un árbol.

Sucedieron estos pequeños accidentes, que capitalizándolos, me permitieron cristalizar el sentido, el motivo. Aprendimos con el tiempo a dialogar con nuestro corazón, sabíamos que lo que  hacíamos podía ser el prolegómeno de algo que es mucho más contenido.

Entonces, muñidos de ese poco material, conseguimos una barra endeble que solo servía para ir y no para volver, decididos al cambio, salimos de la zona del confort, buscando una sorpresa en la otra orilla, que estaba desafiándonos constantemente.

Subyacentemente hay un desafío en cada persona, y en cada tiempo.

Yo me puse a reflexionar acerca de cómo era mi vida y si estaba feliz con lo que hacía. Leí algunos libros, fui estudiando e investigando, (como químico industrial) porque soy analista de minerales desde joven.

Debemos preguntarnos si no necesitamos algún otro proyecto, algún otro emprendimiento, que coincida con nuestra esencia.

¿Esa es la carrera que usted había estudiado?

Si, trabajaba incluso en eso, en un laboratorio. Después me di cuenta de que mi vida iba a ser breve y efímera, como el título que le puse a la obra que ganó en el Salón: Efímero y Breve.

Lo que utilizaba para trabajar era de un valor peligrosísimo. Tenía que abrir el frasco de acetato de amonio, ácido sulfúrico, tenía que trabajar con los ácidos clóricos, entonces todos los días ingería vapor.

¿Porqué se vino a vivir a Salta?

Un pequeño accidente. Me estalló un tubo de ensayo porque puse un reactivo en lugar de otro. Puse manganato de potasio, en lugar de permanganato de sodio, por darte un ejemplo, y reaccionó mal porque el ácido no era el que correspondía.

Hice una implosión explosiva en un tubo de ensayo.

Empecé a ver en  la precipitación de los líquidos que se consolidaron en la parte de abajo del tubo, una especie de tierra. Conforme venía, bajaban los elementos, los pedazos de materia. Se fueron formando los cerros. Al principio el cerro, después se formó una capillita de iglesia, y luego una casita y salieron caminando algunas personitas del  tubo de ensayo.

En las manchas de las paredes, en donde había una pequeña insinuación de mancha, ahí, había un elemento.

Por supuesto no era muy profesional pero lo llamo a mi compañero y le digo ¿Qué ves acá?, y me dice nada. Insisto ¿no ves un pueblito? , “¿Qué pueblito?” – pregunta él. – ¿No ves una iglesia? – ¿Qué iglesia? me dice.  – ¿No ves gente caminando? – ¿Gente caminando? ¿Estas bien? me pregunta.

Después viene el jefe y  me dice que el trabajo no estaba hecho. Le dije, me pasó estoBueno, no hay problema, me dice, pero hay que hacerlo. Mi compañero le comenta: “Mire me pregunta si yo veo un pueblito, o una casita“. Entonces mi jefe me dice ¿Usted está bien? Mañana vaya al médico porque eso le suele suceder a gente que maneja este tipo de elementos.  Está enloqueciendo.

Sentí una infinita vergüenza.  Y dije yo, a mi  edad… a la sazón, tenía una vida hecha, casa, niños, perro, coche, todo.

Me ocurrió el accidente y  no me pasó nada, menos mal, pero supe que había una moraleja.

Se abrió en mi algo que en ese momento no pude entender.

Yo nunca había estudiado arte, nunca había visto a nadie pintar, nunca vi a nadie dibujar, pero en ese momento estalló el artista potencial.

Yo estaba anhelando ser  niño.

Después descubrí mi cuaderno de tercer año de primaria, donde habían hermosos dibujos, carátulas, pinturas, y digo: esto es. ¿Qué hago con esto?

Entonces …se produjo el éxodo. Una decisión. Hablé con mi esposa, que es valiente. Por eso a ella le atribuyo el valor de todo.

Le dije, quiero buscar otro derrotero, quiero irme a otro lugar y quiero que me acompañes. La gente obviamente le decía, “que se vaya solo y después vuelva, que busque casa y después lleve a su familia.”

¿Porque cree que fue Salta la elección?

Porque yo de joven estuve en Buenos Aires, fui a estudiar un tiempo. Me gustó la Argentina. Me gustó mucho. Pero Buenos Aires me parecía muy alocada, me parecía un hormiguero para quedarme. Entonces dije, muy bien no quiero Buenos Aires pero si la Argentina, la Argentina tiene todo, toda la síntesis geográfica. Es un país, que es un vergel. La tierra más predispuesta a los elementos que genera la tierra, es Argentina.  No sé… es el país y va a ser el país, estoy seguro.

Entonces nos vinimos. Llegamos un verano al centro de la plaza, y lo disfrutamos. No hemos tenido un verano allá de la magnitud de este verano de Salta y sentimos que era  el lugar.

La intuición, empezó a desarrollarse.

Salimos del hogar, de la situación holgada económicamente que teníamos y empezamos de cero. No se imagina el derecho de piso que pagamos, toda una novela.

Pasaron cosas muy interesantes.

El primer trabajo importante que hice fue en la Trattoría Mamma Mía, en la Virrey Toledo. Lo cambié por comida; un mes entero de  comida. Ese mural fue el primero, y por él supe, que podía trabajar y hacer de artista.

La gente nos decía, “ustedes son muchos, son como los conejos“. Muchos nos decían conejos y empezamos a diseñar conejos.

Empecé a trabajar de publicidad… usando los conejos que habíamos diseñado. Una empresa  explotó esa idea de los conejos, eran como dibujos animados y fue un éxito.

Canal 11 me invitó a trabajar en el departamento de publicidad y trabajé durante 5 años. Pensé que el cambio era ese.

Pero yo tenía una materia pendiente. Lo que yo había atrapado en esta capacidad de visualizar tenía que  ver con una escuela, una escuela intuitiva; una escuela de la creatividad.

Fui investigando acerca de la capacidad lúdica, la conducta de los niños, la alegría que produce la producción del garabato, los hemisferios derechos e izquierdos y la neurogénesis; la neurociencia y el nacimiento de las ideas. Leo mucho.

¿De donde viene el gusto por leer? ¿O la necesidad de donde surge?

Empecé a leer cuando tenía que muñirme de información, y hablar con propiedad, sino era difícil ser creíble. Mi forma de pensar era empírica, no tenía fundamento. Y cuando empecé a leer pude superar mis temores.

En la vida… usted no sabe si debe levantar parapetos o construir molinos… pero sabe que van a haber vientos.

Me sentí joven. Siempre me sentí joven.

En aquel momento, en Salta se estaba trabajando mucho en porcelana. Había talleres suntuosos de porcelanistas, invitaban a orientales famosos… que exponían sus platos de porcelana… Era un espectáculo. A mi me llamaba mucho la atención el movimiento manual, la capacidad creadora cuando las dos manos se mueven. Ahí están conectados los dos hemisferios.

Los niños antes de los 12 años no están adoctrinados, son sueltos, libres, felices, creadores por naturaleza. En la escuela todo se hecha a perder.

Empecé a ver qué pasaba si no miraba… dejándome llevar por mi intuición, mi imaginación.

Esto es divagar, es enloquecer. “Un hombre tiene que tener un poco de locura todos los días para ser feliz”. El principio surge de esto, después voy especulando, de tal manera que todos los movimientos son insólitos, acá no hay movimientos racionales.

(Me va mostrando como trabaja, como es ese proceso intuitivo.)

Yo no podría hacer retratos, porque en el retrato está en juego el hemisferio izquierdo que cuantifica, proporciona, matematiza, ecualiza un rostro perfecto para que sea bello. Ahí se conocen las frustraciones. Si a usted le piden un retrato y no se parecen… usted cae en una frustración de sentir que no sabe dibujar. Ese es el primer punto que hace que una persona escape del arte.

El método que yo uso es rápido, intuitivo y divertido, permite unir elementos… Esto sirvió para sentar las bases de mi escuela, una escuela diferente.

Cuando los porcelanistas me invitan a una charla, les digo primero con acuarelas. La pintura en porcelana es bella pero es cuantiosa, suntuosa y cara. Yo les propongo algo más económico y más inocuo. Se trata de la creación con acuarelas.

Descubrí las acuarelas en un libro que le manda Van Gogh a su hermano Theo, en donde le dice que él no se atrevía a las acuarelas, porque las acuarelas le parecían diabólicas.

Los que venimos de las tierras altas, pensamos que lo diabólico y lo angelical están en pleno movimiento… asique yo pensé ¿Qué de endemoniada puede tener la acuarela?

Las acuarelas me dieron cielos hermosos, ríos con movimientos. Una mancha me da la lejanía de la tierra y se junta con la tierra, aparece el viento. Una locura pintar acuarelas. Usted siente como que está pintando la verdadera naturaleza. Yo quiero pintar el viento, la brisa, el rocío de la mañana, quiero pintar cielos con movimientos… no cielos calmos.

Estoy jugando a ser el creador, como si fuera un pequeño dios.

Aparece, como si se acoplara a mi deseo, el movimiento de los colores. Me deja completamente satisfecho de haber logrado un horizonte, y pienso en el pez que busca agua fría y que se remonta en contra la corriente. Creo que es el salmón.

Siempre con las dos manos trabajo, como los niños… que no saben, pero saben que tienen que moverse. Yo charlo conmigo mismo, como si tuviera un duende dentro de mí.

Las acuarelas son absolutamente lúdicas.

Muevo mis manos y aparecen casas, chicos… otro tipo de cielos. Si uno aprende a hacer de esta manera, la diferencia es que uno ve crecer el árbol… usted es el que hace crecer los árboles. ¿Cómo no va a ser emocionante?… ¿Cómo no va a darle a uno la alegría de sentirse creador?

Los suelos exudan, respiran, la yerba crece, las plantas se desarrollan, el cielo los acompaña.

Condición sin equa-non es hacerse niños y eso es lo que busco con mis alumnos. Que todos se hagan creaturas y se animen a jugar. Es necesario salir del pensamiento.

Las puntas de los dedos, son fuente de disfrute para los chicos.

Aparece una técnica, uno pone el color y mueve las manos, y va generando figuras, si las mueve de diferente manera, genera otra cosa.

En una entrevista le preguntaron a Micheal Jordan: “¿Cómo puede estar tan calmo y tan tranquilo antes de encestar?” Y el cuenta que su entrenador les trajo una deidad del Tibet y les enseñó a pensar que ellos mismos se convertían en pelota. Eso es la transfiguración. Entonces, dice: “cuando yo viajo como pelota, no puedo fallar”.

Aprendí que los niños son felices cuando juegan con cosas chiquitas… y trabajo con eso. Los garabatos se transforman en imágenes, en formas, en figuras. No a través de un procedimiento racional sino meramente intuitivo y sensible. Lo que sale no es un dibujo, es una historia.

¿Y usted dónde trabaja actualmente?

Viajo a Tucumán hace 25 años, enseño y vivo de esto. Me cuesta porque la gente está tan endurecida. Han puesto caparazones y cuesta  encontrar al niño. Me hace pensar en aquellos versos:

Agranda la puerta, Padre,
porque no puedo pasar.
La hiciste para los niños,
yo he crecido, a mi pesar.

Si no me agrandas la puerta,
achícame, por piedad;
vuélveme a la edad aquella
en que vivir es soñar.

Tenemos que desarrollar la inteligencia intuitiva, la imaginativa y la kinestésica. El “no – importismo”, inventar maquinarias para uno poder sentirse niño a pesar de ser grande.

¿Que me puede contar de su propia infancia?.

Uno puede hablar  con su corazón, uno puede dialogar, puede identificar; hay pautas y coordenadas de lo que le pasa. No somos huérfanos de pensamiento.

De niño era feliz cuando dibujaba. Caló muy hondo en mí la muerte de mis hermanitos. Mis dos hermanitos murieron, con quienes yo jugaba.  Añoraba ver a mis hermanos. El chamán del pueblo me decía que prepare tumbas con juguetes de masapan, y telas de colores. Tendría 8 años cuando ellos murieron.

El otro detonante en mi vida, creo que fue  cuando salí del laboratorio con esta experiencia y todo el mundo me decía “Estás loco”. Eso fue muy duro para mí.

¿Como es su relación con lo religioso?

Soy muy agradecido a Dios. Pero no practico un rito, no voy a misa. En mis clases invito a armar una plegaria para nuestro creador… y cada quien puede darle el nombre que quiere.

Creo que sin importar la creencia que cada uno tenga, encontrarse a sí mismo, es el propósito de vida de cualquier ser humano, sin importar la edad.

Así como es ese el propósito, el primer temor es el de la muerte. Pero si uno se lanza de la cornisa, no se revienta como un huevo o un zapallo, porque a medida que va cayendo, le van creciendo las alitas.

Verá Felipe, conversar con usted, fue una experiencia inolvidable.

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agosto 16, 2018|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 5 minutos

– VI –
.VIVIANA OVALLE.

Tiempo de Lectura: 5 minutos

 

Me ofreció café, y manjares para el paladar.

Su taller; un lugar donde quererse. Y quedar.

De conversación amena y palabra plena,

la artista se me hizo buena, ya antes de mirar.

Revela al hombre que duerme en la arcilla,

sin perder gracia o esconder verdad,

Hay un vacío donde van las letras,

que nombran aquello que sabe inspirar… la extimidad.

 

¿Como fue tu primer contacto con el arte?   

De niña me interesaba todo aquello que se refiriera a la construcción, formación o creación de objetos, armar cosas con piedras, construir con cajitas… de una forma trasladarla a otra que tuviera otro sentido; además me crié viendo todo el quehacer de mi tía Elsa Salfiti, gran escultora, creadora de la Escuela Terciaria de Bellas Artes.

En un momento puso un taller y allí me mandó mi madre a la edad de 10 años; en la Escuela también me daba cuenta que me interesaba dibujar y que a mis dibujos les dedicaba esmero y me motivaba hacerlo, participaba en algún que otro concurso. El contacto con mi tía – ir a las exposiciones con ella, visitar su círculo de amigos – me ayudó a decidir antes de terminar el secundario estudiar en la Escuela de Bellas Artes Tomás Cabrera.

Estudié con mucha pasión y con mucho respeto desde el primer día.

En mi familia, todos estuvieron absolutamente honrados con esto. Mi tía fue realmente una artista que vivió y trabajó con mucha entrega, ella estaba por jubilarse… así que fue una gran alegría para todos.

¿Sentís tu actividad como una vocación? ¿Qué significa eso para vos?

La vocación pasa por definir algo en lo que vos te veas a futuro y lo ames o te apasiones lo suficiente como para que puedas seguir siendo plena con eso.

Yo nunca quise ser artista, quise hacer una obra lo suficientemente grande como para que pase alguien la mire y le sirva para algo, ese fue mi móvil.

El tema económico no es lo que tiene que determinar la decisión de estudiar una cosa u otra. No tengo una visión utópica o insensible de la realidad, pero creo que es importante intentar definir qué es lo que uno quiere ser o hacer en la vida.

¿Cómo fueron tus primeros trabajos? ¿Qué recordas de los primeros tiempos?

Cuando obtuve el título de maestra comencé a enseñar en el Departamento de Arte Infantil en el año 83. Después como trabajo final de mi carrera modelé en arcilla una “S” invertida, que se llamaba “El muro” en donde figuras humanas trataban de escalar, y, con permiso de la Municipalidad, la coloqué en una plaza; luego me pidieron  que hiciera otra escultura y al poco tiempo me ofrecieron contratarme. Trabajé para la Municipalidad 5 años, haciendo obras de restauración, de mantenimiento y de creación.

En ese tiempo y durante once años trabajé en el INSPA (Instituto de profesorado de arte) enseñando escultura; de allí pasé directo a mi taller hasta el día de hoy.

¿Hay temas en particular que vos trabajes, que te interesen?

Siempre me interesó trabajar el tema del hombre en sí, en relación a su condición existencial y espiritual, espiritual en el sentido de trascendencia. Ahora, a la distancia, veo que el grueso de mi obra siempre tuvo el sentido del ascenso, del querer llegar, del mirar hacia arriba, de no quedarte en lo terreno necesariamente.

En el año 2004 inauguré una muestra que se llamaba “Espíritu de vuelo” , la idea era que todos tenemos como una “obligación” de volar; cada uno en lo suyo debe dar lo mejor de sí mismo y debe tener una postura de elevación frente a la realidad que le toque vivir; eran obras de distintas técnicas y estilos pero que aludían al vuelo en alguna medida. El resto de mi obra se mantuvo también en esa línea de pensamiento; a la vida hay que vivirla, no transcurrirla..!

¿Cuál es la función social del arte?

“Sirve” para algo; lo cual no entra dentro de las funciones útiles; no es una cosa útil, pero si me motiva cuando estoy triste allí lo es; como toda manifestación espiritual y sensible del hombre la idea es que pueda llegar al alma.

¿Qué me podés decir de tu proceso creativo?

No racionalizo mi proceso creativo por decisión.  Hay varios tipos de formas del hacer, pero nunca me impongo un método.  La escultura como arte en sí, ya  tiene numerosos condicionamientos de orden estructural, entonces yo, ya tengo ese karma. Capaz por eso en el área de la creación no me impongo condicionamientos. El escultor necesita el espacio, el ámbito y ayuda.. y son condicionantes.

Yo concibo en tridimensión; siempre hice solo escultura y esto ponelo por favor: no hay nada mas lindo que la escultura!! Y pinto porque toda mi obra, excepto los mármoles, es policromada. A mí me gusta modelar en arcilla, luego tomo moldes, sea para piezas únicas, que son moldes de yeso, o sea para reproducción en series limitadas, y fundamentalmente trabajo en vaciados en resina, que son plásticos reforzados, y me gusta trabajar modelando primero, más que tallando, porque en el modelado tenes derecho al ensayo y al error: tenes una segunda oportunidad; en la piedra no tenes solución; siempre trabajé figuras humanas o formas que aluden a las mismas; el grueso de mi obra tiende a la figura humana; mi idea es que la obra llegue al otro, al groso de la gente, por eso me interesa la obra en espacios públicos, si de mí depende, que sea en lugares donde la gente tenga acceso. No me interesa el sentido de elite. El arte debe conmover no solo en lo sensitivo sino en lo intelectual. Se dice que el artista es individualista… se concibe la obra en el silencio y la introspección… y uno se pasa horas en su taller, uno y su obra.

¿Quién accede a las esculturas?

No te podría describir un perfil; escultura se vende muy poco. El arte no se hace para vender, se hace para presentar una propuesta de orden intelectual, sensible, espiritual.. si lo vendes en hora buena y si vendes mucho, en hora mejor; cuando yo hago una exposición, no pretendo vender, intento volcar mi autentico ser en mi obra, me prohíbo eso.

AMOR: es obligación estar enamorado de lo que sea.. puede ser de una persona o puede ser hasta del amor! Pero hay que intentar mantener esa actitud de plenitud que te da el amor porque es el motor que hace que nos relacionemos con todos los demás, vale la pena tratar de alimentarlo siempre, y es contagioso.

BELLEZA: no es importante la belleza como cosa bonita y agradable a los ojos, es casi como una mala palabra en arte, es muy relativa a las culturas, a las épocas, a las modas; no obstante hay un orden, una armonía que la naturaleza humana absorbe y distingue instintiva y naturalmente; hay componentes internos instintivos.

MUERTE: es la única certeza que tenemos en la vida, es algo absolutamente natural, por lo que todos vamos a pasar, yo tengo un sentido de trascendencia por mi condición de persona profundamente religiosa.

DESTINO: dentro de ciertas lógicas, lo define uno, dentro de ciertas condiciones. Uno puede guiarlo, aún con los imprevistos, me adapto. Uno no debe condicionarse, sino provocar situaciones que hagan que tus objetivos puedan llegar a alcanzarse, que es la parte mas difícil, es el camino mas largo pero el más interesante.

 

 

 

 

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julio 1, 2018|Entrevistas

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Tiempo de lectura: 10 minutos

– V –
.ANDRÉS JUSTINIANO SIERRA.

Tiempo de Lectura: 10 minutos

Considero más valiente al que conquista sus deseos, que al que conquista sus enemigos,
porque la mayor victoria es siempre sobre uno mismo”. 
Aristóteles.

Me encontré con él, por sus ojos de pájaro.

El puede ser halcón… y también canario.

En su trazo encontró su estilo, y en el juego su razón,

Entendió que quien ríe gana, va al ritmo de ese tambor.

No hay ideal que lo someta, ni discurso que lo dirija,

De ética federal, va por tierras que conquista.

La suerte no lo provoca, la muerte no lo convoca,

A ella la ignora siempre, también a quienes visita.

Andrés juega y se ríe, y es eso, lo que su obra dice.

 

¿Podés identificar cual fue el momento en tu vida en el que empezaste a dibujar?

No con exactitud, dibujo, como todo el mundo, desde chico. Soy hijo y nieto de artistas; entonces en mi casa era muy cotidiano el tema del arte. Me crié entre pinturas, caballetes, materiales de trabajo. Vivíamos en una casa grande, eran como dos casas pegadas. En una vivía mi abuelo y en la otra mis viejos, mi hermano y yo, que me pasaba yendo de una a la otra. En el taller de mi abuelo o en el taller de mi vieja. Mi abuelo era escenógrafo y dibujante, y hacía bueno… teatro, cine… mi vieja pintora, también era escenógrafa pero se dedicó más a la pintura, asique no tengo un momento puntual, es de toda la vida.

¿Y tu estilo? ¿Podes identificar un momento en el que empezaste a definirlo?

El estilo se va encontrando con el tiempo y es el producto del trabajo. Y obviamente vamos cambiando la imagen, como uno en sí va mutando uno a medida que pasa el tiempo y se acumulan experiencias. Lo que sí noto es que… tanto si veo para atrás, como si veo donde estoy parado ahora, puedo identificar que siempre soy yo… que hoy hay una madurez en el trabajo, que hay cosas que se fueron afianzando, pero me veo a mí en ese proceso. Creo que a eso es a lo que podría llamarse el estilo, no es algo buscado, es algo que pasa.

De por sí, laburo a partir de la figuración, mi base es el dibujo, con lo cual es más fácil ser reconocible. Quizás si te desempeñas en la abstracción o en dibujos más sintéticos, el producto es más impersonal. El trazo, la línea del dibujo define un montón, más allá de los contenidos.

¿Visualmente de que te nutriste? Habrás visto eso que salía de tu casa, pero probablemente te empezaron a gustar cosas…

Me influenciaron mucho las  historietas y el humor gráfico, la lectura base de cuando era chico, fue crucial. Sin duda marca e influye en el lenguaje de mi obra y en el dibujo.

¿Cuáles eran las historietas que más te gustaban?

Crecí leyendo Asterix. Bueno, obviamente Mafalda de Quino, Caloi, Fontanarrosa, Nine… los clásicos, y después mucha historieta europea, me compraba las revistas Cimoc, donde veía los dibujantes europeos, como Pratt, Manara, Bisley…etc. Entonces era una manera de recibir estímulos de otros lados. Antes, hace 20 años, sin internet, no llegaba nada.

Era en librerías de viejo donde descubrías todas esas cosas. Después estudié Bellas Artes, y ahí descubrí las artes plásticas, entonces las influencias fueron otras. Cuando uno no tiene mucha información flasheas con Dalí y después te das cuenta que detrás hay otros más, quizás más anónimos para el común de la gente…

¿Quiénes te impactaron?

Chagall, Escher, Calder, Basquiat, Egon Schiele…no se…montones de estilos diferentes que me abrían un abanico enorme de posibilidades con respecto a generar obras de arte. A medida que uno va acumulando esas experiencias externas aumenta la curiosidad por experimentar con materiales, recursos, técnicas…después todo eso va decantando y empieza a sobrar información, y queda lo que a uno le sirve.

¿El colegio como lo llevaste?

Pésimo. Me echaron de dos colegios, dejé de estudiar, empecé a trabajar, no quería saber nada con el universo.

… no querías saber nada con el universo?

Si, tenía una rebeldía absoluta. Y hubo un momento en que empecé a tener cierta inquietud, dije: quiero dibujar, y empecé a pensar en la idea de estudiar Bellas Artes, y ahí me doy con que tenía que  tener el secundario para hacerla, y me tuve que amigar un poco con la educación formal. Resumiendo: hice un bachillerato acelerado nocturno y después entré en Bellas Artes. Siete u ocho años viajando en tren y bondi unas cuatro horas por día hasta que terminé.

¿Quiénes crees que fueron tus  influencias, como artista y como persona?

Mis viejos y mi abuelo… sin duda. Mi viejo médico, nada que ver con lo artístico  pero un tipo culturoso, ponele, y después este contacto con mi vieja y con mi abuelo. Era un tipo muy osco que se había quedado mal con la viudez. Yo nací en ese momento y, por esa ausencia, se generó un vínculo muy fuerte conmigo especialmente. Como una cosa de mucha protección de él hacia mí. Eso me marcó mucho.

Después en la escuela de Bellas Artes, tuve profesores que fueron referentes importantes. Entramos 40 alumnos en primer año, en segundo año quedamos 5. Entonces teníamos todos los profesores para los cinco que éramos: 4 chicas y yo. Tuve profesores muy buenos que estaban solamente para enseñarnos a nosotros. Un privilegio.

¿Y tu viejo? ¿Cómo era esa relación?

Desde el punto de vista de que yo pudiera hacer lo que quisiera, siempre fue muy tirante. Dejar el colegio, fue un quilombo para mí, imaginate que no fue fácil. (¿Qué edad tenías?) 14, 15… era un changuito. Yo quería pelotudear, básicamente.

¿Te acordas de ese momento? ¿Qué lectura haces hoy de ese momento?

Por supuesto que sí era una rebeldía, porque a esa edad uno se está peleando con el mundo. Creo hoy que el sistema, y cuando digo sistema digo los viejos, la escuela y el mundo, la sociedad, no comprende a una persona que pasa por procesos que se diferencian de la media.

No sé como resolveré yo, cuando me toque a mí con mis hijos, pero espero poder comprenderlos lo más posible y decir “hace lo que quieras, ya le vas a encontrar el agujero al mate, y ser lo más piola posible para acompañarlos en esa búsqueda”, porque creo que se trata de eso.

¿Y porque crees que sentías esto que decís, que el sistema …?

La educación formal está pensada para que todos seamos iguales, a todos nos enseñan lo mismo, todos nos sentamos en el mismo banquito, todos vamos vestidos igual. Es una manera de nivelar, no nivelan para abajo, ni nivelan para arriba, nivelan.

¿Vós te sentías diferente?

Si… si, yo estudiaba piano, tenía mis bandas de rock y dibujaba desde siempre, no lo veía como una profesión pero me resultaba muy natural y espontáneo. No veía como encajaba el Tigris, el Eufrates y la Mesopotamia con mi vida. Pero el sistema no estaba preparado para un tipo al que le gustaban las cosas que me gustaban a mí, evidentemente no. Yo era visto como el chico raro entre los padres de mis amigos. Fui a colegios clase media, privado, religioso. Después de esa experiencia dejé la religión de lado.

Eso te iba a preguntar ¿cómo te llevas con la religión?

Soy completamente ateo, agnóstico, no me interesa, me parece que es todo mentira.

Me imagino que hubo un proceso anterior…

Sí, fui monaguillo. Hice toda la primaria en un colegio católico, parroquial palotino. Era amigo de los curas. Y un día, en primer año, la catequista pregunta: ¿qué es la fe? Y todos empezaron a tirar, hasta que me preguntó a mí, “Andrés ¿Porqué tenés fe?” Y yo dije “porque sí”. Y ella dijo efusivamente: “ven, Andrés tiene fe porque sí. Eso es tener fe”. Y yo pensé “me están cagando”. Y eso fue un detonante. Desde ahí que dije, algo está mal.

¿Y en tu casa?

En mi casa eran católicos, practicantes, sí. No eran chupacirios pero sí muy espirituales…

Vos decís, sos ateo, agnóstico… ¿en qué crees? ¿Cómo crees que vivís lo que es importante para vos?

Mmm… no sé, no sé si me lo planteo mucho. Yo creo en el ser, no en vano  hay 5.000 años de historia, quizás nos toca o no nos toca ser un pedazo de eso que va quedando, quizás modificamos algo, quizás no nos toca ser el que modifica algo, lo cual no me quita el sueño; no es que yo vivo para eso… Creo que el motor de lo que hago son mis hijos, la gente que quiero, es un motor inexplicable si querés…

Vamos a tu obra. ¿Tenés un método? ¿un procedimiento?

Yo hago pintura, dibujo y a veces escultura en pequeños formatos. La técnica es el resultado de lo que pasó primero por la cabeza, de lo que quiero trasmitir. A veces uno está experimentando con algo, y eso dispara cosas, y en ese proceso empezás a descubrir que estás comunicando algo. Soy de los que piensa que la obra es comunicación. Cuando yo estoy trabajando una obra, un dibujo, lo que sea, estoy comunicando algo.

Si miro para atrás, veo que yo fui abordando distintas temáticas, y que el eje siempre es el hombre, pero lo que se va modificando es el zoom, a veces estoy en macro, pegado o desde adentro y a veces desde afuera, y eso no lo controlo… eso pasa.

A veces llego a la obra accidentalmente y después la empiezo a desarrollar. Y eso es un proceso de laburo, yo dibujo todos los días, entonces en algún momento algo va a salir.

¿Cuál es la actitud que traducís en tu obra? ¿Podés pensar una respuesta aunque obligue a una generalización?

En general soy más irónico que violento, y busco a través del chiste generar algo en el espectador…

Los metamensajes están todo el tiempo, y ese es el mambo interior, después la obra la consume el que quiere, la ve el que quiere y le gusta al que le gusta y al que no… Hay gente que se interesa por saber un poco más, y quizás te pregunta. Tampoco son códigos que oculto, si te interesa, te lo cuento; sino disfrutá la obra como la sientas.

¿Vos vivís de lo que haces?

Si, de las publicaciones de los dibujos, hago diseño gráfico, hago algunas ediciones de libros, y vendo las obras. Trabajo de manera independiente y eso tiene algunos altibajos. A veces la obra se vende, a veces está parada. En épocas de crisis económica el arte es lo primero que se recorta, en todos los ámbitos.

¿Qué podés decir de lo que implica la comercialización de la obra?

Lo que yo hago como producción artística, como obra, no me lo va a modificar nadie, ese es mi mundo. Pero si vos me encargás algo que no es mi onda, no tengo problema, aunque últimamente selecciono mucho más los trabajos que agarro. Necesito algún punto de empatía para hacerlo sin después terminar de mal humor por hacer algo que no me gusta. Y creo que una cosa alimenta al a otra. Para mí el arte es una manera de vivir.

¿Cómo ves a Salta, en relación al arte?

En Salta en los últimos años empezó a generarse cierto movimiento. En parte a partir de la auto-gestión como Fedro, Bordó, Mamoré, etc y también con las apariciones del MAC y el Museo de Bellas Artes, sumándose a la Casa de la Cultura… fue todo un gran aporte a la escena artística. Toda esa infraestructura va legitimando el arte, va generando un circuito de arte. Hay movimiento. Salta es como un pueblo grande, y es más fácil ramificarse y hacer esa metástasis social. No sabes por dónde te pueden aparecer oportunidades. A mí haberle hecho las tapas a Los Huayra, me abrió otras puntas, me conoció otra gente que se interesó en poner arte en sus gráficas como Mariana Baraj, Perro ciego, etc…

¿Cuál es la temática de tus obras?

Lo que está todo el tiempo es la presencia del hombre; lo que hacemos y deshacemos; el hombre por sus elementos, por lo que deja y por lo que modifica. Yo creo que uno va contando lo que tiene a la vuelta y lo que le pasa. (piensa y continúa) … los chicos, mis hijos, me cambiaron mucho la forma de abordar el arte…

¿…la concentración?

No, la forma de pensar; pienso el arte de otra manera. Cuando era más chico era también más punk. Tenía una forma más bélica con respecto a la obra, era más confrontativa. Estaba en una lucha, y al nacer mis hijos cambió el sentido me parece, desde ahí  empecé a abordarlo desde un costado más lúdico, para pasarla bien, no para pasarla mal.

¿Tenés algo puntual, que quieras trasmitir en tus últimos trabajos?

No sé si hay algo especifico, quizás sea medio pretencioso el querer trasmitir una idea unidireccional… uno busca más bien una forma de contar cosas que después serán interpretadas según el espectador. Cuando uno arma una muestra, está contando algo, está exponiendo su visión sobre eso. Analizado de una manera, pensado de una manera, y producido de una manera. Si creo que en mi trabajo, la intencionalidad es que a través de cierta ironía y códigos le pase algo a la otra persona.

¿La política te interesa?

Si, me interesa mucho y no estoy nada contento con este gobierno ni los anteriores. No milito, es más, no me gusta la palabra militante, pero sí creo que mi obra tiene, a su manera, contenido político.

Verdad/ Muerte/ Amor/ Destino

La verdad: fundamental

La muerte: soy desapegado, no voy a los velorios, prefiero no tener vínculo con lo fúnebre. No me enrosca, no está dentro de mis preocupaciones.

El amor: el motor. Tan fundamental como la verdad, van de la mano.

El destino: uno a veces piensa en un destino escrito, ser un tocado por la varita, pero para ser ese elegido tenés que estar listo, generando cosas y produciendo, porque te puede pasar que te llegue el momento y te lo pierdas por dormido.

MUESTRAS

Exposiciones individuales

2017 – “El Buscador y el Vino” – Budeguer – Mendoza

2015 – “Cabezas de época” dibujo/digital – Kaleidorama – Bs. As.

2014 – “Sorongonia” pintura / dibujos – M.A.C. Salta

2014 – “Voladores, Caminantes y Soñadores” dibujos – Galería Thames –  Bs. As.

2013 – “Voladores y caminantes” dibujo/digital – Mus. Arte Contemp. Santa Cruz – Bolivia

2012 – “Gente Transparente” escultura/objeto – M.A.C. Salta

2010 – “Con la izquierda II” dibujos – Galería Mamoré – Salta

2009 – “Ciudad Feliz” pintura/instalación – M.A.C. – Salta

2009 – “Con la izquierda” dibujos/historieta – Galería Fedro – Salta

2007 – “Múltiples” pintura/instalación – C. de la Cultura – Salta / Catalinas Park Tucumán

2006 – “Cabezones de la Sociedad” dibujo/esculturas – Plaza de Almas – Salta

2005 – “Argentino Manggiacapeletti” pintura/objeto – Fundación Salta

2004 – “Bolivianas” pintura/dibujos – Colegio de Psicólogos de Salta

 

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marzo 12, 2018|Capiton(é)Entrevistas

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– III –

.IGNACIO COLL.

La Obra

“En la vida, toda adivinanza, tiene por respuesta, otra adivinanza”.

Jaime Barylko, David Rey.

La hermana de su mamá – que a su vez es hermana de la mamá de mi amiga, que también tiene un hermano que después tuvo hijos y son ahora primos de mis propios hijos – está casada con el hermano de mi abuela, que a su vez tenía otro hermano que estaba casado con la prima de mi papá. Es amigo de mis primos, primo quizás, de  algún amigo, conocido de siempre y desde siempre querido.  

Nacho se transporta en un péndulo, y lleva en su mano un pincel. No es lo mismo que viajar en auto, o trasladarse a pie. Un péndulo es acaso, mucho más complejo que un tren.

Quien coincida en la movilidad, sabrá por experiencia, que no es posible bajarse de él.

 En dominarlo, está el asunto,

En hacerlo con gracia, la dificultad,

Encontrar los matices, deviene en belleza,

De nunca traicionarse, nace la bondad.

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