Yo toco el aire, aunque el aire me toca.
Y toco el pliegue final de mi vestido.
Y toco la luz, la sombra y el todo. Y toco tus ojos, cuando te miro.
Toco tus párpados, suave delirio.
Cierra tus ojos. Te digo.
Y toco el temblor, de tu mano al tocarme.
Toco el sentir, y parece un abismo.
La nota mística de tu guitarra, se escurre entre mis dedos, si quiero tocarla.
Toco la ausencia, al tocar tus palabras. Las palabras que dices, las palabras que callas.
Toco las letras que escriben tu nombre,
letras que desgarran la verdad que esconden.
Toco con mis labios la oscura mentira, y al tocarlos, profeso…
tu agonía.
Toco tu muerte, porque estuvo escrito,
hasta sentirla dentro, tan dentro de mí.