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Leher a Lacan
Tiempo de lectura: 3 minutos

“¿Qué va a estar hondo, qué va estar hondo?! Y ese perro… ¿cómo hace pie? —¿Cuál perro? Ese— ese no es un perro, es un. . . es una. . . una. . . ¿cómo es que se llama…?”

¿Quién, yo?, Dalmiro Sáenz

«Cuando haya un elefante en la habitación, preséntelo». 

Randy Pausch.

Función creadora de la palabra/ De locutionis significatione/ La verdad surge de la equivocación/ El concepto del análisis.

Si quiero inventar una palabra la invento, pienso. Mezclo unas cuantas sílabas de manera azarosa, y con ellas designo mi desayuno. Ensayo distintas palabras para la acción de desayunar: ¿cracombar o beober? Cracombar. No tengo necesidad de que otros llamen a su desayuno de la misma manera. Los demás pueden desayunar, mientras yo cracombo. Me he decidido entonces por esta palabra y como es mi costumbre, voy a cracombar a un café.

Le pido al mozo un cracombo, pero no me entiende, insisto, sigue sin entender, llama al suprevisor, tampoco me entiende, la señora está loca, dice despacio, llamá a la policía, le susurra al mozo, no hay delito dice el oficial, pero es inaceptable, sentencia el supervisor, debe retirarse dice el dueño del café, piedad!, (solícito el mozo) porqué, le pregunto, su palabra me molesta, responde, usted es un opa, le digo, que es eso, me pregunta, que usted es un zopenco le explico, lo miro con zozobra y me retiro. Después de todo no quería alimentarme sino con mi propia palabra.

No me explico. Que quede asentado, nada más, que el primer vínculo, es entre la palabra y la ley. Más vale no hacer grandes descubrimientos, ni llegar primero a ningún lugar, puede que termine uno en la silla eléctrica, la hoguera, o el exilio. A quedarse piola que Siberia es un jardín helado.

“Una palabra solo es palabra en la exacta medida en que hay alguien que crea en ella”, nos dirá Lacan en esta clase.

El lenguaje manifiestamente arbitrario, designa al elefante, elefante, a la cebra, cebra, a los lagartos, lagartos, y a los chivos, chivos. No podemos dejar de preguntarnos, porque no llamamos chivos a los lagartos, y a los lagartos, chivos. Para entender el proceso de nominación, será necesario prestar atención al surgimiento de términos nuevos y al deceso de ciertos usos. En lo personal, cuido aquellas expresiones que amo. Alhajita, por ejemplo, era un bebé adorable en 1848.

La palabra, desmiente el falo, y también lo confirma, mata a la cosa, a la vez que hace surgir de ella un sinfín de posibilidades, viaja por todos los rincones de nuestra humanidad y se asienta en el sueño, el cuerpo y el destino.

La palabra, es nuestro elemento. Verticalmente, ofrece una historia, historia subjetiva, individual. Horizontalmente, la historia es otra, la que antecede al sujeto, la que lo escribe. Esta doble disección de la palabra, abre a su paso, múltiples cadenas de significación. La palabra, en tanto símbolo, remite a otros símbolos. Habrá que ser extranjero en la Tierra.

Al paso me surge este interrogante: si midiera la distancia en millas, ¿correría más de 5 kilómetros? Acaso los sistemas métricos determinan nuestra resistencia.

Por otro lado, la vecindad fonológica de las palabras, posibilita otro tipo de desplazamientos, habilitando al equívoco y al lapsus: sopa, sapo, paso, posa, pasa, pesa, pisa, pica, pipa, pipo, pico, poco, paco, peco, pero, pera. Y así, al infinito.

La traducción en inglés de la palabra lapsus, explica mejor el accidente: un slip of the tongue, es un resbalón de la lengua, una confesión que no se desmiente con la corrección, con un “lo que en realidad quise decir“. Al respecto Freud se interroga: “¿vale más aquello que está en el sótano, o aquello que está en el granero?” Me pregunto yo: ¿En dónde ubicar la escucha? ¿En dónde hacerlo cada vez?

Con respecto al error, al lapsus, o al equivoco, nos dice Lacan: “hasta que la verdad no esté totalmente desvelada, propagarse en forma de error es su naturaleza”. En breves y sugerentes palabras, concluye: “el error es la encarnación habitual de la verdad”.

Tan transparente que no se te ve, me dijo mi analista en una de sus primeras intervenciones. Fue su intervención, mi descubrimiento.

Nos dice Lacan: “la emergencia metafórica de la palabra implica todo lo que luego puede unírsele y que yo no creía haber dicho. Por el solo hecho de haber formulado esta relación, soy yo, mi ser, mi confesión, mi invocación, quien entra en el dominio del símbolo

Los sedimentos de la palabra, actúan sobre su superficie. Y viceversa. Nos dice Lacan: “si efectivamente el concepto es el tiempo de la cosa – como lo define Hegel – debemos analizar la palabra por capas sucesivas, debemos buscar sus sentidos múltiples entre líneas.”

Un analista, le dice a su paciente: “el primer paso es soltar a la madre, el segundo, dejar ir el qué dirán“. El analista del analista le pregunta a su paciente: ¿quién es la madre?. El analista del analista del analista le pregunta al suyo: ¿qué dirán?

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Leher a Lacan
diciembre 14, 2020|Capiton(é)

Leher a Lacan

Tiempo de lectura: 2 minutos

– ¡Magnífico! ¡Soberbio! ¡Digno de un emperador como yo!

Los trajes nuevos del emperador, H.C Andersen

I know that diamonds mean money for this art,
but that’s not the shape of my heart.

Dominic Miller, Gordon Sumner. The shape of my heart.

The first tool of all, was a sling.

The mushroom hunters, Nail Gaiman.

La bascula del deseo I

¿Cómo decir la verdad, y a la vez, preservarla? ¿Cómo decir la verdad y preservarme? Cuando digo verdad digo: un reconocimiento necesario.

La construcción del saber no es ajena a la lógica del deseo, pero los alcances de sus efectos aterrizan en la clínica, en los consultorios. ¿Hay que decir algo más? En este capítulo Lacan deja cartas de Poe en todas las esquinas. ¿Alcanza con citarlo? No lo sé. Nos dice:

En efecto, es profundizante en esta hiancia del deseo humano donde aparecen todos los matices, que se escalonan de la vergüenza al prestigio, de la bufonería al heroísmo, a través de los que el deseo humano está por entero expuesto, en el sentido más rotundo del término, al deseo del otro. No es el hecho de que quien se acepta vencido pida clemencia y grite, sino el hecho de que el amo se ha comprometido en esta lucha por razones de puro prestigio y que por ello ha arriesgado su vida. Este riesgo marca su superioridad y es en su nombre y no en el de su fuerza que es reconocido como amo por el esclavo”.

Por de pronto, vale revisar la noción de prestigio. La Real Academia Española lo define como “Realce, estimación, renombre, buen crédito”, también como “engaño, ilusión o apariencia con que los prestigiadores emboban y embaucan al pueblo”.

Podríamos pensar en esta secuencia: riesgo, apuesta, ganancia, nombre, símbolo, prestigio, vaciamiento, verdad.

No, así: riesgo, apuesta, ganancia, prestigio, nombre, simbolo, vaciamiento, verdad.

¿Es esto lo que nos mueve? ¿Es el prestigio? Lo que es a mi, me mueve la plata, quiero dinerito para comprarme un auto nuevo. Mis hijos se quejan del ruido que hace el que tengo ahora. El que hace cuando frena. Y el que hace cuando arranca. Y ese otro que hace cuando dobla. Bueno… los ruidos de mi auto, plural.

Podrían avergonzarse, pero ya no se avergüenzan. Creería que han logrado entender que amo y esclavo no conviven en el mismo cuerpo. El caso es que lo verdaderamente ridículo y aquello a lo que tememos que lo sea, rara vez coinciden.

Claro que lo digo adrede. Quiero una Volkswagen Sharan, con 5 estrellas en materia de seguridad. Los ruidos me importan un pepino.

Digo las cosas por su nombre porque como repetía mi padre, parecido no es lo mismo, y por que la lógica maniquea le hace tanto daño al mundo que más vale renunciar a ella de una vez, pero este es un comentario al margen.

En este capítulo, Lacan cuestiona la lógica fálica mientras la devela. Hagan como yo: no me imiten, dice en algún lado. Pareciera reconocer que nadie renuncia fácilmente a sus dominios. Tampoco él.

Un exceso de verdad… ¿siempre funciona como máscara?

Tiene razón cuando dice, que hay que leer las cosas al pie de la letra. Hay más sobre la superficie, de lo que podría imaginarse. Aún así, entre lo evidente se esconde como quien quiere ser descubierta, la Verdad que encubre la verdad. Si.

No soy reina, ni rey – nos dice – soy el terreno bajo tus pies.

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Leher a Lacan
enero 28, 2020|Leher a Lacan

Leher a Lacan

Leher a Lacan
Tiempo de lectura: 7 minutos

¿Que no mamá que a las 12 o a las 13, se terminan las horas?

Mi niño, 6 años.

La tópica del imaginario

Empiezo escribiendo incómoda, por incumplir mis propias normas. Es mi superyo adaptado, mi superyo privado… o mi sinthome. En este sitio, después de un Leher a Lacan, se publica un 12 x 12, y después de un 12 x 12, se publica una carta de 1850, eventualmente puede haber otra cosa, algún otro escrito. Lo que no puede haber, o suceder, como está sucediendo en este instante, son dos publicaciones seguidas de la misma categoría. En ningún caso. El orden de las publicaciones puede alterarse, pero no deben ser consecutivas. Rompo el patrón, solo para confirmar la regla. Si quiebro la norma una vez, algo cambia. Si la quiebro muchas veces, el patrón desaparece. Momento de modificar las palabras.

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LEHER A LACAN
diciembre 17, 2019|Leher a Lacan

LEHER A LACAN

LEHER A LACAN
Tiempo de lectura: 4 minutos

Análisis del discurso y análisis del yo.

O fotógrafo não faz o mundo nem é culpado, Sebastião Salgado, O berço de desigualdade.


Lo primero que vengo a decir, es la verdad.

En la última reseña, dije que Freud terminaba su capítulo sobre La Negación de ya no recuerdo qué manera, sin mencionar sus comentarios acerca de la función de la destrucción que es – en realidad – el último concepto al que hace referencia. Sabrán disculpar, me pasa que quiero pasar las cosas por alto cuando no hago transferencia con los conceptos. Volveré sobre la función de destrucción en este capítulo, básicamente porque la realidad bibliográfica a la que me enfrento no me está dejando opción. O no. Quizás no vuelvo. Quizás me voy por las ramas, y me dedico a otra cosa.

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Leher a Lacan
septiembre 22, 2019|Leher a Lacan

Leher a Lacan

Leher a Lacan
Tiempo de lectura: 8 minutos

Introducción y respuesta a una exposición de Jean Hyppolite sobre la verneinung de Freud.

Bartender what is wrong with me?
Why am I so out of breath?
The captain said, “Excuse me ma’am’
This species has amused itself to death.

Roger Waters

Realmente no se porque soy tan tirana con mi ser. Malvada. Despellejar a Lacan, a quien se le ocurre. 22 seminarios y 16 capítulos me faltan, que tortura. Decía Sábato, que no hay torturas buenas o torturas malas, las torturas, son torturas y ya.

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LEHER A LACAN
diciembre 18, 2018|Leher a Lacan

LEHER A LACAN

LEHER A LACAN

Tiempo de lectura: 4 minutos

“Tienen mucha razón en todo: que su propio ingenio es una fiel representación del de las masas, pero cuando la conducta del reo es diferente de carácter de la de ellos, el reo se les escapa. Es lógico. Eso sucede siempre que la astucia del reo es superior a la de ellos, y muy habitualmente, cuando está por abajo. No tienen variación de principio en sus investigaciones, lo más que hacen cuando se ven excitados por algún caso insólito, por alguna extraordinaria recompensa, es extender o exagerar sus viejas rutinas de práctica, sin modificar sus principios”.

La carta robada, Edgar Allan Poe.

 

Primeras intervenciones sobre el problema de la resistencia.

Muy ameno Lacan en este capítulo, nos cuenta a modo de anécdota los dichos de Freud en relación a la hipnosis y sus dificultades de aplicación. Es muy divertido. Uno puede imaginar a Freud sintiéndose muy ridículo por lo inoperante de su método, y la posición en la que lo ubicaba, el no lograr que un paciente entre en estado hipnótico. Un “awkward moment”, como quien dice. Ahí está el doctor, diciéndole al paciente “Que se duerma”, a lo que en ocasiones más frecuentes que eventuales, el paciente respondía “Joder, Doctor, que no me duermo!” Después de varios intentos, complicado remontar cualquier tipo de sesión.

Asi es que Freud, dubitativo aún, pero desafiando lo establecido y evaluando sus posibilidades, establece un punto intermedio entre el método de asociación libre tal como aún la entendemos, y el método hipnótico. Este punto intermedio consistía en poner las manos, sobre la cabeza del paciente, al tiempo que le hacía preguntas. Nos dice: “Ponía la mano sobre la frente del enfermo, o tomaba su cabeza entre mis manos, y le decía: ahora, bajo la presión de mi mano, se le ocurrirá. En el instante en que cese la presión, usted verá ante sí algo, o algo se le pasará por la mente como súbita ocurrencia, y debe capturarlo. Es lo que buscamos. Pues bien; ¿qué ha visto o qué se le ha ocurrido?

No olvidemos, que la clínica médica, aún la de hoy, incluye algún tipo de intervención sobre el cuerpo: una revisión, o revisación. El médico palpa, presiona, observa con lupa, usa el martillito de los reflejos, solicita movimientos, invade con luces en los ojos y palitos en la lengua. Era de esperar, que al empezar, Freud pusiera las manos en la cabeza.

¿A que iba con esto? Ah sí. Qué genial Freud.

Poe creó a Dupin, y Freud, se inventó a sí mismo.

La descripción de estos procedimientos y dificultades, son realmente valiosas. Dan cuenta de un origen: el de un riesgo y de una creencia. Acá, la cosa estaba naciendo, se estaba gestando. Era un hombre, creando.

Tiempo después, Freud dirá: “La vida cambia. El psicoanálisis también cambia. Estamos apenas en el comienzo de una nueva ciencia. Allí donde yo descubrí algunos templos, otros podrán descubrir continentes.

Hace 92 años, los hombres usaban galera, fontanero era una palabra actual, y si un caballo se ponía nervioso te ensuciaba el vestido de fiesta. En fin.

Lacan se detiene en este punto: en la observación del carácter inaugural del método empleado por Freud, como así también en la originalidad de su campo de investigación, es decir, la verdad del sujeto.

Del ojo, hacia adentro, existen infinidad de caminos.

Dice Lacan: “Se trata de la realización de la verdad del sujeto, como dimensión propia que ha de ser aislada en su originalidad en relación a la noción misma de realidad”.

La verdad del sujeto no puede ser más que singular, y como tal, se trataba para Freud de ir tras la extravagancia de cada sujeto: no había fraude en su caso por caso. No se ajustaba a un método; lo instauraba. Lacan hace hincapié en este punto.

Aquí quisiera escribir sobre la verdad, decirla toda ella. Me gustaría haber leído todos los libros, de todas las bibliotecas, para reunir las definiciones de todos los hombres y de todos los tiempos.  Quisiera reunir todos los significados de la palabra, todas sus acepciones, recorrer todos sus caminos y hacerlo en todos sus idiomas. En la ilusión de que existe, es que quisiera saberla.

En la obviedad de lo imposible, es que sostengo la ilusión a la vez que renuncio a ella.

Otro tema en cuestión, es la resistencia, y cómo Freud empieza a trabajar sobre sus ideas. De la misma manera, que inicialmente utiliza sus manos para trabajar con los pacientes, se aproxima al discurso como si se tratara de una realidad en tanto tal, dándole un cuerpo. Dice Lacan “Para saber donde está el soporte material, biológico, Freud considera resueltamente el discurso como una realidad en tanto tal, una realidad que está allí, legajo, conjunto de pruebas como suele decirse, haz de discursos yuxtapuestos, que se descubren unos a otros, se suceden, forman una dimensión, un espesor, un expediente“.

Freud empezaba a trabajar con la palabra, y lo hacía mientras ideaba un método que le permitiera comprender sus vericuetos. La lingüística no estaba disponible, y apelaba a su formación y su propia creatividad para atender a sus pacientes y dar cuenta de lo que concluía. Así, explica el nudo patógeno y la resistencia misma, haciendo alusión a una formación de doble sentido: un sentido longitudinal y un sentido radial. Esto me hace pensar en una aproximación sincrónica, y otra diacrónica, es decir, ya estructuralista.

No hay manera breve de comentar acerca de este desarrollo. Bueno, si… si condensamos las analogías de nuestros padres, llegamos curiosamente, al Super Agente 86. Ja.

Para situarnos, Lacan sugiere también algunas lecturas a las que no puedo acceder, por razones de tipo cambiario que no vienen al caso. Maldita economía.

Al final de este capítulo, está conversando con sus alumnos. No sé. No sé quien está en lo cierto y quien está equivocado, pero el tono no es agradable.

Muy religioso Lacan, acá. No es de extrañar: Estamos en un Seminario. Y es el primero.

 

 

 

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LEHER A LACAN
noviembre 12, 2018|Leher a Lacan

LEHER A LACAN

LEHER A LACAN

Tiempo de lectura: 4 minutos

Introducción a los comentarios sobre los escritos técnicos de Freud

En este primer capítulo sobre el Seminario, Lacan presenta como ley (no usa cualquier palabra), la participación de quienes asisten a sus clases. Una ley es un fundamento, es decir, que está en las bases constitutivas de lo que organiza una actividad, agrupación o lo que sea. Dice Lacan “Si no vienen aquí a fin de cuestionar toda su actividad, no veo para qué lo harían”.

No hace falta estar en desacuerdo para dialectizar. Aún más, puede que un auténtico desacuerdo, entorpezca las discusiones. Se trata más bien, de tensar la teoría; de tensarla tanto, que al final termine por entregar una nueva nota, una nota sutil.

¿Es importante conocer al hombre detrás de la teoría? ¿Es necesario? Lacan va descubriendo a Freud, y pareciera disfrutar del encuentro. Va conociendo al hombre que se esconde detrás de la teoría y las palabras. También la creación freudiana, es un sinthome. Lo digo, aunque sea una obviedad y tan temprano para este concepto.

¿Qué hacemos cuando hacemos análisis?

La relación analítica, nos dice Lacan, nunca es una relación de dos, sino de tres. La palabra tiene su propia entidad en la estructura analítica. Sin embargo, las palabras son volátiles, estocásticamente volátiles. Lo son en el análisis, y lo son también en la discusión teórica. ¿Cómo hacer para hablar de lo mismo?

Es un poco desesperante, el malentendido. Si el malentendido es inherente a la comunicación misma, aún cuando nos referimos a entes concretos, se profundiza cada vez más a medida que nos referimos a conceptos abstractos. Dice Lacan: el lenguaje es una mala herramienta. Y dice también: “Les informo que, actualmente, entre quienes son analistas y piensan (lo que ya restringe el círculo) no hay quizás ni uno que, en el fondo, esté de acuerdo con sus contemporáneos o vecinos respecto a lo que hacen, a lo que apuntan, a lo que obtienen y a lo que está en juego en el análisis”.

Como las palabras son el colmo de la referencia, podemos convencernos de que este postulado perdió vigencia. Después de tanto esfuerzo lacaniano, esperemos que así sea. Aparentemente, en los años 50, alcanzaba con llevar La interpretación de los sueños en la cartera de mimbre, para confiar en que se hablaba más o menos de lo mismo.

Acá Lacan nos señala cual es el punto que no varía en Freud, cual es la constante, cuando todo lo demás cambia. Nos dice que su punto de partida, pero también el punto que nunca abandona, es la restitución del pasado en lo singular de cada caso. “La dimensión propia del análisis, es la reintegración por parte del sujeto de su historia, hasta sus últimos limites sensibles (…)” Dice también: “Que el sujeto reviva, rememore, en el sentido intuitivo de la palabra los acontecimientos formadores de su existencia, no es en sí tan importante. Lo que cuenta es lo que reconstruye a partir de ellos”.  “La restitución de la integridad del sujeto se presenta como una restauración del pasado, pero el acento cae cada vez más sobre la faceta de reconstrucción que sobre la faceta de reviviscencia”.

Revisar este prefijo y su significado, deshuesar las palabras, puede que nos acerque.

Al respecto, la pesquisa enseña, que hay palabras que son pregunta, y otras que son respuesta. La distinción que Lacan presenta, pone de relieve dos tiempos lógicos en el análisis. Es importante que así sea, que se trate de tiempos lógicos y no cronológicos. No vaya a ser, que el paciente se nos muera demasiado pronto, no vaya a ser que de tanto cavar profundo, extraviemos al paciente en el fondo de un pozo.

El descubrimiento freudiano, nos dice Lacan, da lugar a interrogantes vinculados a la función del tiempo en la realización de lo humano, interrogantes que por complejos, suelen aún ser evitados.

Después de largo pensar, solo puedo decir: que raro que es el tiempo. Quizás la virtualidad, la tecnología y las comunicaciones, están modificando nuestra experiencia temporal. Aún cuando las leyes de la física se mantengan en lo esencial, es la vivencia de lo temporal lo que se conmueve (y conmueve).

También la construcción ficcional, tan propia de lo humano, ofrece una vivencia y noción del tiempo que difiere de aquello que la física puede medir. Me pregunto si no es el sueño la ficción por excelencia, revirtiendo cualquier idea de tiempo que el razocinio pueda tejer.

Al fin y al cabo, al recordarse, no hay persona que no se encuentre consigo misma”.  Borges que escribe que sueña, o que sueña sin saber.

Leo “no existe prueba alguna que muestre que el tiempo es objetivo” y me genera cierta perplejidad, pienso en eso, lo pienso mucho, pero – como en todo aquello que no encuentra palabras – la pregunta abre un vacío, un “gap”, entre lo que puedo entender y la enormidad del misterio que encierra aquella sentencia. Claro, una hiancia.

Lo esencial del tiempo se resiste a su captura. Lo presente, de tan efímero es una ilusión. Lo pasado, de tan esquivo es una quimera. Queda el futuro y su universo mentiroso de posibilidades.

Ella lo dijo y me lastima preguntarme si hubiera encontrado yo las mismas palabras, o alguna otra similar que sepa decir aquello que tanto me inquieta: “quiero poseer los átomos del tiempo. Y quiero capturar el presente que por su propia naturaleza me está prohibido; el presente se me escapa, la actualidad huye, la actualidad soy yo siempre en presente”.

Es la memoria, más humana aún que la palabra.

Bendigo y maldigo el magnesio, y cualquier otra sustancia que le permita ser. Porque nosotros, analistas, trabajamos con la memoria, y construimos con el deseo.

De cualquier manera, Freud no ofrece garantías. Pensar que hace unos días lo comparé con Colón y acá dice Lacan, que Freud no llegó nunca a la tierra prometida. Qué si lo hizo, pienso ¿No es el inconsciente el campo más fértil? ¿No promete, aún sin prometer?

Lo extraordinario es la gestación; y también el nacimiento. Nacimiento que es un punto de partida, aunque no sea otra cosa que un punto de llegada.

¿Qué se hace con aquello que se hereda?

Aún más ¿qué es una herencia?

Si se valoran más los bienes adquiridos que los heredados, más vale que nos apropiemos de las teorías.

Creo que a esto nos invita Lacan con sutil insistencia: “Esta lectura, está orientada, no tanto a criticar el mito psicoanalítico, sino más bien a medir la amplitud de la realidad con la que se enfrenta, y a la cual brinda una respuesta, mítica”. Dice también “… nuestra única alternativa es reunir nuestros aportes bajo la égida de una crítica, una crítica de la técnica psicoanalítica”.

Bajo esta premisa, lo que sigue en este primer seminario, es cuestionar las nociones existentes acerca del yo, y las contradicciones que presentan.

Renunciar a los lugares seguros, obliga a jugar con lo imperdonable. Renunciar a pertenecer, no exige dejar se ser parte.

 

 

 

 

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1850
noviembre 6, 2018|Capiton(é)Cartas

1850

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Salta, octubre 13 de 1856

De Gregoria a Sergio, de Salta a Cobija

 

Mi hijo amado:

Después de 11 días de camino llegó el peón Nicolás con cartas de Uds. Y tuve el gusto de saber que habías llegado felizmente a tu casa, a reunirte con Adolfo.

Me dices que has encontrado a tu amigo muy manso. Ya lo creo. Mientras en su corazón encierra la felonía más negra, y por cómo el no habría sido capaz de realizar tales cobranzas, por eso estaba tan cariñoso. Es cosa que me confunde el manejo de Durandeau. Todo el día he llorado, después de leer tu carta, y quiero pedirte una gracia, que no me la negarás, es que me permitas que yo le escriba una carta a Don Luciano tan luego como conteste él la que le dirigiste desde aquí, porque me persuado de que mudará completamente de tonada tan pronto como se imponga de su carta. Y si no fuera así, sería una crueldad dejarle con el tanto a él y al colla. ¡Qué fuerte es la ingratitud!.

Las varias personas a quienes he hablado de la liquidación del negocio de Cobija, me han dicho que tienes derecho a pedirla judicialmente, si se oponen a hacerla voluntariamente. ¿Y como no ha de ser justo, hijo, que le escribas a este hombre, haciéndole ver si halla razonablemente, que después de 9 años de trabajo salgas de su lado con las manos vacías? Pero dejemos este asunto que tanto me afecta.

Hablé con Escalera. Me leyó tu carta, y me salió con que no tendrías lugar en este negocio, porque ya estaba hecho con Gómez, según lo vería yo por las cartas que te había escrito para que le arreglaras el negocio de burros en esa. Me fastidié mucho, porque me di cuenta, de que ha aprovechado los datos que tú le diste para dar impulso al negocio, y no sé como supo la carestía que había en Iquique, por eso se marchó en seguida al Valle, y preparó con Gómez, 600 burros para mandar.

Lo ví a Ricardo y le descubrí el misterio, proponiéndole que reúna él los burros y que Adolfo se encargaría del negocio a medias. Me agradeció mucho, y contestó que el solo tenía 110 burros capones, porque el resto son hembras para fomento de la cría, y que en todo caso se viniera Adolfo para los Valles (el camino pasa por la Hacienda) y que allí podría hacer personalmente el negocio, no obstante que Gómez compra cuanto burro se vende en la región y que él lo ayudaría. Ricardo se irá a los Valles en cuanto reciba su negocio y allí podrían hacer mucho los dos con Adolfo.

También he hablado con Don Zenón Arias, el marido de Azucena, quien me dijo que en la frontera de Catamarca podrían hallar los burros que quieran y que este año, cuando fue a Vilque, con sus mulas, le dijo el joven Antenor Saravia que Don Nicanor Ormaechea había vendido en Iquique cada burro en 2 onzas de oro, claro es que ahora estarán más caros.

Además he escrito a Don Gabino Pérez, para que me informe de unos 200 burros que me dicen hay en invernada en la Quebrada de Jujuy. Te comunicaré oportunamente todos los datos que reciba.

No sé hasta donde irán las especulaciones de Escalera y Ramón agregadas a la buena suerte de Gómez, y los tres trabajan con una actividad que van a llenarse de plata hasta las narices, porque no hay negocio que ellos no hagan.

También he hablado con Don Evaristo Uriburu, quien me dijo que en sus haciendas de Orán tenían mucho en que ocuparse, que les daría los rastrojos preparados para sembrar algodón y añil, que se dan bien allí. Me dijo que el aserradero también sería buen negocio. También le pedí te mandara copia de las cartas de Alcorta y del agente en Liverpool para que veas lo que dicen de nuestro vapor, porque no quieren darlas a la prensa para convenir así para el negocio. (…)

De todos modos, es preciso que hagas fuera de vela para sacar tu principal de esa casa de Cobija, porque sin capital no sé cómo se arreglarán aquí y hasta hoy no hay más que los 3 mil pesos míos, que están desmembrados por los 250 de la acción del vapor y los 2 mil de Jacoba, que no se qué pensará ella, pues es lo único de que dispondrá si Don Eloy le quita los alquileres de la casa.

Le hice presente a su hijo Joaquín tus ofrecimientos y los agradeció mucho. Me dijo que te ofrecía su amistad. Don Cleto sigue bien, pero alguna clientela le ha quitado Mantegazza(1), porque esta medio de moda el italiano. También hay un tal Amable Bodai, y Rams, que llega de San Juan. Asusta el ver tanto médico.

¿Con que Emilio también quiere venir a Salta? Buena pierna hará con ustedes, hasta ahora no han dado ninguna función los de la compañía lírica porque no hay teatro, no se halla quien quiera encargarse de hacerlo por las muchas obras que se construyen y la proximidad de las aguas. Solicitaron el salón de la Junta, que es el más grande, para dar conciertos, pero no se los han prestado porque ya han preiniciado las sesiones de los diputados.

Ayer domingo, se eligió Gobernador a Don Dionisio Puch, que venció a Don Martín Güemes. Tan bueno habría sido el uno como el otro, pero estoy más contenta con el elegido, con quien tengo mayor amistad y creo que nos servirá mucho en el asunto de la casa (Ay, Gregoria). Se recibirá del cargo el domingo venidero.

Puch tuvo 21 votos, Güemes 13, Don Manuel Solá 1, Todd 1, y Don José Arenales, 1. Me parece que vos también deseabas que fuera Puch. En fin, Dios quiera que resulte un buen gobierno.

Ayer estuvo en casa Don José Manuel Arias, y me dijo que le tuviéramos listas las hijuelas y demás papeles referentes a la casa para hacer hoy mismo, un escrito pidiendo el desembargo de la casa y demostrar que no tienen derecho a ella. Para esto se precisa un poder de Gregorio y de las de Chuquisaca, que se les ha pedido repetidas veces. Escríbele a Gregorio todo lo ocurrido y pídele que mande el testamento de mi abuela, que paréceme fue entre los papeles viejos que le remití. Como Gregorio me escribió que iba a hacernos cesión de su parte en la casa, yo no sé si se tomará el trabajo de mandar poder, aunque le dije que convenía que apareciera con su parte, porque los de aquí le respetan y le temen.

Les estoy conociendo a Don Evaristo y a mi comadre el interés que tienen en que Johnasson vaya a sus haciendas de Orán y mientras tanto la hacienda de Cobos espera que determinen ustedes lo que hacen. Esta tiene la ventaja de estar cerca y con Natalia se conseguirá lo que se quiera.

Anoche fui a visitar a mi compadre, que encontré algo enfermo. Me dijo que en otro correo te escribirá y enviará copias de las cartas prometidas, que todavía no han resuelto los de la Comisión a quien nombrará de agente en el Bermejo, para recibir al vapor, pero que el hará lo posible para que te designen a vos. El agente en Liverpool, escribe que formulen los pedidos de mercaderías y pongan la casa en Orán porque en diciembre estará el buque en Buenos Aires, que vendrá armado y encargado en último caso, con carbón de piedra, para obtener utilidad de él y no desarmado, como le habían ordenado. También están haciendo 2 grandes lanchones para aligerar la carga en caso de que el vapor toque fondo en alguna vuelta del río y salve así cualquier dificultad. El costo de todo es de 25.000 pesos. Alcorta se empeña en que los socios le den 3 acciones al agente en Liverpool, porque dice será muy útil allí a la sociedad, pero que no acepte a otros interesados de aquel puerto, porque mejor es que este buque pertenezca solamente a salteños.

Me refiero a la carta de Ricardo sobre el negocio de burros, y creo que el contrato sería muy bueno. Dicen que Gómez ha reunido 800 para llevar a Iquique. No te podrás quejar de esta larga carta – Mándoles 4 números de “El Comercio”.

Nota: Me dijo anoche Don Evaristo que la hacienda de Cobos, es muy interesante para la cría de ganado. En fin, lo que tu me dices es lo cierto: teniendo buena disposición para trabajar, podrán hacer mucho. Nadie tiene las proporciones de ustedes. Espero que Dios ha de bendecirlos.

(1)  Paolo Mantegazza, (1831 – 1910) Fue un médico italiano,  que encontró reconocimiento por haber aislado la cocaína de la coca, que utilizó en numerosos experimentos, investigando sus efectos anestésicos en humanos.  En 1854 viajó a Sudamérica y se radicó en Salta, en donde vivió varios años, y se casó con Jacoba Tejada, joven argentina de una familia de tradición salteña.​

Investigó costumbres sexuales, formas de celebración y sustancias con las que se embriagaban los pueblos nativos; sorprendido por el vigor sexual de los incas, potentes hasta su vejez, documenta sus hallazgos en su prolífera obra (*).

Mantegazza dirá de la coca, que “contribuye a hacer más alegre la vida, aumenta la conciencia de existir, a la vez que mitiga dolores morales”. (No sé porqué, los carabineros nos siguen revisando los asientos.)

No le quito mérito al señor Mantegazza, pero lo que me hace quererlo es el hecho de que su obra y la de Freud, se ligan de alguna manera. Se sabe, que Dora leía la Fisiología del amor de Mantegazza, cuando arma todo aquel lío. La literatura, siempre es culpable. Ja.

Por otro lado, Freud antes de publicar sus contribuciones sobre la coca, lee la bibliografía disponible y se encuentra con Mantegazza, con quien dice coincidir.

(*) Uber Mantegazza, Elvira María Dianno – Pharmakon 12.

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