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De sapos, ranas y caballos desbocados.
septiembre 8, 2023|Capiton(é)Random

De sapos, ranas y caballos desbocados.

Tiempo de lectura: 3 minutos

You are so very curious, Alice.

Alice in wonderland, L.Carroll

We suffer more in imagination than in reality.

Seneca

Escuchar es lo más peligroso”, pensé, “es saber, es estar enterado y estar al tanto, los oídos carecen de párpados que puedan cerrarse instintivamente a lo pronunciado, no pueden guardarse de lo que se presiente que va a escucharse, siempre es demasiado tarde“.

Corazón tan blanco, Javier Marías

El horror de mi infancia, fueron las ranas.

Y los sapos.

Las ranas, mucho peores que los sapos, estaban en todos lados y estaban, sobre todo, en los peores lugares. Concluyo, después de todos estos años de experiencia vital, que el baño, es el destino turístico por excelencia de las señoras ranas. Ellas llegan al baño, como quien va a un spa. Se instalan ahí, jornada completa, y están quietas, bajo algún tratamiento lumínico, cuyas especificidades nosotros desconocemos. Es por las ranas, que detesto las sorpresas, y hasta el día de hoy, conservo los rituales:

  1. Cubrir, al entrar al baño, todas las partes del cuerpo. Prevenir cualquier contacto directo con el anfibio.
  2. Agudizar la mirada, girar con velocidad y escanear el espacio en sus 360 grados.
  3. Tirar la cadena y revisar la mochila del inodoro, levantar ambas tapas y mirar por detrás.
  4. Dejar que circule agua del bidet, revisar íntegramente dicho sanitario.
  5. Sacudir las toallas.
  6. Hacer girar el papel higiénico.
  7. Correr las cortinas de la bañadera, verificar en su interior.
  8. Cerrar puertas del botiquín.
  9. Tapar el resumidero con una prenda y un par de zapatos.
  10. Revisar el lavamanos en todas sus partes.
  11. Recuperar la compostura.

Los sapos, por su parte, exigían dormir siempre sobre una cama, y tener los pies siempre cubiertos. Vedado dormir en un colchón sobre el suelo, y atravesar el jardín en ojotas a media noche. Cuando ya tenía edad de salir de fiesta, guardaba un par de zapatillas y un par de medias para ponerme al bajar del auto. De esa manera, me aseguraba que si alguno me saltaba accidentalmente en el pie, yo no lo sintiera.

En mi cuento de la infancia, Elisa iba a bañarse y encontraba en la bañadera tres sapos horrendos. Horrendos, como todos los sapos, pero cuando Elisa tocaba el agua, se transformaban en flores. Claro que yo no gozaría de la misma suerte.

En una ocasión, mientras me duchaba en esas bañaderas que tienen el resumidero adentro, el agua primero se empozó, y cuando ya había suficiente como para taparme los pies, pude ver con indescriptible horror, como la tapa del resumidero empezaba a flotar y del interior, salía nadando un auténtico sapo: cara de sapo, cuerpo de sapo, patas de sapo. Un sapo completo. 

Corrí pues, hacia afuera. Despavoridamente. Con el shampoo todavía en la cabeza, la desnudez y el jabón en todo el cuerpo.

No sé si sea su sangre fría o sus ventosas pegajosas, su lengua intempestiva, o sus saltos imprevisibles. Quizás se trate del curioso hecho, simple y complejo a la vez, de que sapos y ranas hacían pareja, como si de caballos y yeguas se tratara. Pero no.

Esta particularidad significante de los anfibios que poblaron mi infancia, podría aportar claridad a las teorías castrativas que tanto les divierten a mis colegas. Lo que es a mí, me aburren soberanamente. En realidad, no me aburre la ley del símbolo, que es la mar de divertida. Lo que me aburre, es la impotencia indiscrecta del oyente. Y si no agrego renglones a este párrafo, es para no cascotear el rancho en el que yo misma vivo, o en el que me alojo habitualmente. No me mudo de rancho tampoco, porque inevitablemente – tarde o temprano – también debería cascotearlo. Más vale ponerle unas macetas en cada ventana, como esas que adornan las casitas de mi pueblo, que es también el pueblo de mis anfibios.

Sea como fuera, ranas y sapos, perturbaron invariablemente mis veranos y, eventualmente, el resto de las estaciones. Las ranas, los sapos, las gitanas y la frontera con Bolivia.

Tuve otros miedos. Como que se me desboque el Indio, que mi hermano me grite “topá, Soledad, topá”, o que me dejen a cargo del padrillo para atender una llamada telefónica.

Es que hay familias con ovejas negras.

Otras familias, tienen ovejas temerosas; temerosas como yo.

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1850
julio 3, 2021|Cartas

1850

Tiempo de lectura: 2 minutos

Salta, 13 de julio de 1856

De Gregoria, la madre. A Adolfo, el hijo.

Mi querido hijo:

En este momento acaba de partir mi Sergio. Y ésta es la primera vez que me ha sido más soportable la separación de uno de ustedes, por la esperanza que tengo de que pronto los veré a ambos aquí.

Anoche recibí una carta de mi comadre, con un rico paño de manos, hecho por ella, que me pide te lo mande como un recuerdo de todas. Sergio te lleva ambas cosas. Le ha tomado a Sergio, un 9 de julio horrible. Como se ha comenzado la construcción del cementerio, obra tan necesaria, han dispuesto que este año no se gaste en fiestas públicas, sino que se destinen todos los fondos a este objeto. Así es que la víspera fue el bando con solo 50 hombres del piquete, uniformados, por la noche retreta e iluminación y embanderamiento durante los 3 días.

El 8 por la noche, los jóvenes organizaron en casa de Bedoya un bonito baile con ambigú, buenos pavos, perniles y demás. Asistieron las niñas con un lujo asiático y duró la fiesta hasta las 4. Mi Sergio no puso allí los pies, dando pretexto de que estaba con dolor de cabeza, pero aceptó en cambio la invitación de Don Saturno Tejada a tomar empanadas en su chacra con toda la familia, porque todavía no pierden las esperanzas. Y la cosa fue que Sergio sabía que las Uriburu no asistirían al baile, porque no tienen relación con las Bedoyas, y por esto perdió su hermoso baile.

El 9 hubo misa de gracias y luego misa de 11, a las que asistió Sergio invitado por el Gobernador. Por la tarde hubo pruebas en la plaza por una compañía de acróbatas y equilibristas ingleses, a la que el gobierno pagó $ 200. Las señoritas y los jóvenes se reunieron en los altos del Cabildo. Allí nos encontramos con las Uriburu, y nos invitaron a pasar a su casa, donde habían dispuesto una tertulia por ser día julio, en la que desplegó Don Sergio su buen humor. Y que casualidad, a la misma hora que escribes que tomarías una copa por las amigas, todas las Uriburu brindaban por vos. Al final, Doña Pepa hizo saber que esa cacharpaya, era para Sergio, y nunca la vi a ésta de mejor humor que aquella noche. Las mesas estuvieron muy bien servidas.

Muy de paso hablé con Escalera sobre tu encargo. Contestó que con mucho gusto harían la sociedad y que él hablaría contigo sobre esto.

Se queja Gregorio de que no lo informo de todo lo que ocurre en Salta. Estaba en la creencia de que ustedes le mandaban “El Comercio” en todos los vapores, ahorrándome el trabajo de tener tanto que escribir. Espero que en adelante no serán egoístas, pasándole todas las gacetas, después de leerlas. El mensaje del Presidente(*) que desea leer, está en El Comercio.

Mucho he sentido no poder mandarte nada con Sergio, por lo que va a dar vuelta tan larga por Sucre. Soy de la opinión que no te vengas solo, para que arranques con Sergio de allí y le ayudes en la liquidación. Me ha dicho que calcula estar aquí para carnaval. Te dirá él de los deseos de Ceballos para hacer sociedad con ustedes, lo mismo que Escalera.

(*) Justo José de Urquiza (1854 – 1860) Primer Presidente de la Confederación Argentina.

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De subversiones, palabras y palomas.
abril 2, 2020|Capiton(é)Filosofía y PsicoanálisisRandom

De subversiones, palabras y palomas.

De subversiones, palabras y palomas.
Tiempo de lectura: 5 minutos

Sopita, hierbitas, ollita.

La Cocina de Sary, Sopita de avena (1).

Si quieres conocer realmente una cosa, olvida su nombre.

Alejandro Jodorowsky

Escribir, exige soportar un tiempo detenido, en eso se parece a esta cuarentena. ¿Cómo hacer del tiempo detenido, un tiempo verdaderamente subversivo? Eso me pregunto yo. Quizás se preguntan ustedes ¿porqué hacerlo? ¿Qué implica subvertir?

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1850
marzo 28, 2020|Capiton(é)Cartas

1850

Tiempo de lectura: < 1 minuto

De Gregoria, la madre, a Adolfo, el hijo.

Salta, mayo 11 de 1867. A Buenos Aires.

Mi querido hijo:

Tengo a la vista tu carta desde Córdoba, del 23 pasado, y ahora no sé adonde debo dirigirte ésta, porque con la aflicción del cólera morbo, ignoro si estarán aún en ese pueblo o habrán seguido a Buenos Aires. Se dice que ha habido casos en Fraile Muerto. Parece que tratan de que no lleguen gacetas por temor al contagio. Aquí han ordenado que se blanqueen todas las casas por dentro y por fuera, con $ 25 de multa, hasta el 25 del corriente. No sé que hacer con una casa tan grande como esta.

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1850
julio 3, 2019|Capiton(é)Cartas

1850

Tiempo de lectura: < 1 minuto

Salta, 12 de julio de 1954

De Deidamia, a Adolfo.

Querido hermanito:

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1850
diciembre 24, 2018|Capiton(é)Cartas

1850

Tiempo de lectura: 2 minutos

De Gregoria, la madre,

A Sergio, el hijo.

Salta, 22 de diciembre de 1849

 

Contesto tu carta en que me hablas de la escasez de ropa en que llegó Adolfo, lo que me extraña porque he recibido de casa la cuenta de los gastos de viaje de este niño, donde figura la ropa necesaria. $210 es el costo del viaje de Adolfo y Deidemia. Lo que puedo decirte es que he gastado mil pesos desde que salí de Bolivia y  eso es el trabajo de 9 años como un macho de carga, privada hasta de tomar un pocillo de chocolate y remando con la costura y con toda clase de trabajos, como te consta. Ahora me sales conque le tomarán a mérito, cuando ya no tengo fuerzas para tanto trabajar, y había creído que yo no tendría que afligirme más que por mí y la niña.

Fonlis, que ha llegado de Valparaíso, me ha traído un recado de Domingo García diciéndome que lo mande a Adolfo para ocuparlo allí. Yo te hablo con mi corazón: más querría que esté a tu lado y que aprenda a trabajar, para que si uno se enferma lo asista el otro, porque el lugar de un hermano no lo ocupa nadie, además de que necesita dejar esa flojera y asentar la letra, porque de lo contrario iría a sufrir mucho y sería una vergüenza que dijeran que no sabe trabajar. Dime pues tu opinión después de las reflexiones que te hago.

Me lleno de amor propio al ver que don Luciano, te tiene tanta confianza. A la verdad que es la principal cualidad en un joven la honradez y la moralidad, porque se dice a boca llena: es una perla preciosa un joven virtuoso y honrado. Deseo que le imprimas a tu hermano estas ideas.

Ha llegado Zuviría, y su mujer ha tenido un grandísimo gusto de verlo después de 18 años, junto con los cinco hijos que llaman la atención por lo bien educados y buenos mozos, que son la admiración de este pueblo. Me dijo Zuviría que tuvo gran placer cuando te encontró a bordo, que estabas muy bien.

Mañana me voy con Jacoba a Cerrillos para hacerla pasear un poco. Cuando tendré el gusto de verlos a los dos ustedes, retozando allí. Pinto, Jacoba y Deidamia, y todas tus tías me encargan mil cosas para los dos.

P.D Mi querido Adolfo: con mucho retraso he recibido tu carta. Me alegro muchísimo que estés al lado de tu hermano y espero que sabrás ganarle la voluntad a don Luciano, como lo ha hecho Sergio, y que ambos reconozcan a un padre en la persona del señor Durandeau. Recibe mil afectos de tu hermanita, de Elisa y de tus tías y hazle una visita a mi nombre a tu madrina.

Tu madre que te ama de corazón.

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1850
noviembre 6, 2018|Capiton(é)Cartas

1850

Tiempo de lectura: 6 minutos

Salta, octubre 13 de 1856

De Gregoria a Sergio, de Salta a Cobija

 

Mi hijo amado:

Después de 11 días de camino llegó el peón Nicolás con cartas de Uds. Y tuve el gusto de saber que habías llegado felizmente a tu casa, a reunirte con Adolfo.

Me dices que has encontrado a tu amigo muy manso. Ya lo creo. Mientras en su corazón encierra la felonía más negra, y por cómo el no habría sido capaz de realizar tales cobranzas, por eso estaba tan cariñoso. Es cosa que me confunde el manejo de Durandeau. Todo el día he llorado, después de leer tu carta, y quiero pedirte una gracia, que no me la negarás, es que me permitas que yo le escriba una carta a Don Luciano tan luego como conteste él la que le dirigiste desde aquí, porque me persuado de que mudará completamente de tonada tan pronto como se imponga de su carta. Y si no fuera así, sería una crueldad dejarle con el tanto a él y al colla. ¡Qué fuerte es la ingratitud!.

Las varias personas a quienes he hablado de la liquidación del negocio de Cobija, me han dicho que tienes derecho a pedirla judicialmente, si se oponen a hacerla voluntariamente. ¿Y como no ha de ser justo, hijo, que le escribas a este hombre, haciéndole ver si halla razonablemente, que después de 9 años de trabajo salgas de su lado con las manos vacías? Pero dejemos este asunto que tanto me afecta.

Hablé con Escalera. Me leyó tu carta, y me salió con que no tendrías lugar en este negocio, porque ya estaba hecho con Gómez, según lo vería yo por las cartas que te había escrito para que le arreglaras el negocio de burros en esa. Me fastidié mucho, porque me di cuenta, de que ha aprovechado los datos que tú le diste para dar impulso al negocio, y no sé como supo la carestía que había en Iquique, por eso se marchó en seguida al Valle, y preparó con Gómez, 600 burros para mandar.

Lo ví a Ricardo y le descubrí el misterio, proponiéndole que reúna él los burros y que Adolfo se encargaría del negocio a medias. Me agradeció mucho, y contestó que el solo tenía 110 burros capones, porque el resto son hembras para fomento de la cría, y que en todo caso se viniera Adolfo para los Valles (el camino pasa por la Hacienda) y que allí podría hacer personalmente el negocio, no obstante que Gómez compra cuanto burro se vende en la región y que él lo ayudaría. Ricardo se irá a los Valles en cuanto reciba su negocio y allí podrían hacer mucho los dos con Adolfo.

También he hablado con Don Zenón Arias, el marido de Azucena, quien me dijo que en la frontera de Catamarca podrían hallar los burros que quieran y que este año, cuando fue a Vilque, con sus mulas, le dijo el joven Antenor Saravia que Don Nicanor Ormaechea había vendido en Iquique cada burro en 2 onzas de oro, claro es que ahora estarán más caros.

Además he escrito a Don Gabino Pérez, para que me informe de unos 200 burros que me dicen hay en invernada en la Quebrada de Jujuy. Te comunicaré oportunamente todos los datos que reciba.

No sé hasta donde irán las especulaciones de Escalera y Ramón agregadas a la buena suerte de Gómez, y los tres trabajan con una actividad que van a llenarse de plata hasta las narices, porque no hay negocio que ellos no hagan.

También he hablado con Don Evaristo Uriburu, quien me dijo que en sus haciendas de Orán tenían mucho en que ocuparse, que les daría los rastrojos preparados para sembrar algodón y añil, que se dan bien allí. Me dijo que el aserradero también sería buen negocio. También le pedí te mandara copia de las cartas de Alcorta y del agente en Liverpool para que veas lo que dicen de nuestro vapor, porque no quieren darlas a la prensa para convenir así para el negocio. (…)

De todos modos, es preciso que hagas fuera de vela para sacar tu principal de esa casa de Cobija, porque sin capital no sé cómo se arreglarán aquí y hasta hoy no hay más que los 3 mil pesos míos, que están desmembrados por los 250 de la acción del vapor y los 2 mil de Jacoba, que no se qué pensará ella, pues es lo único de que dispondrá si Don Eloy le quita los alquileres de la casa.

Le hice presente a su hijo Joaquín tus ofrecimientos y los agradeció mucho. Me dijo que te ofrecía su amistad. Don Cleto sigue bien, pero alguna clientela le ha quitado Mantegazza(1), porque esta medio de moda el italiano. También hay un tal Amable Bodai, y Rams, que llega de San Juan. Asusta el ver tanto médico.

¿Con que Emilio también quiere venir a Salta? Buena pierna hará con ustedes, hasta ahora no han dado ninguna función los de la compañía lírica porque no hay teatro, no se halla quien quiera encargarse de hacerlo por las muchas obras que se construyen y la proximidad de las aguas. Solicitaron el salón de la Junta, que es el más grande, para dar conciertos, pero no se los han prestado porque ya han preiniciado las sesiones de los diputados.

Ayer domingo, se eligió Gobernador a Don Dionisio Puch, que venció a Don Martín Güemes. Tan bueno habría sido el uno como el otro, pero estoy más contenta con el elegido, con quien tengo mayor amistad y creo que nos servirá mucho en el asunto de la casa (Ay, Gregoria). Se recibirá del cargo el domingo venidero.

Puch tuvo 21 votos, Güemes 13, Don Manuel Solá 1, Todd 1, y Don José Arenales, 1. Me parece que vos también deseabas que fuera Puch. En fin, Dios quiera que resulte un buen gobierno.

Ayer estuvo en casa Don José Manuel Arias, y me dijo que le tuviéramos listas las hijuelas y demás papeles referentes a la casa para hacer hoy mismo, un escrito pidiendo el desembargo de la casa y demostrar que no tienen derecho a ella. Para esto se precisa un poder de Gregorio y de las de Chuquisaca, que se les ha pedido repetidas veces. Escríbele a Gregorio todo lo ocurrido y pídele que mande el testamento de mi abuela, que paréceme fue entre los papeles viejos que le remití. Como Gregorio me escribió que iba a hacernos cesión de su parte en la casa, yo no sé si se tomará el trabajo de mandar poder, aunque le dije que convenía que apareciera con su parte, porque los de aquí le respetan y le temen.

Les estoy conociendo a Don Evaristo y a mi comadre el interés que tienen en que Johnasson vaya a sus haciendas de Orán y mientras tanto la hacienda de Cobos espera que determinen ustedes lo que hacen. Esta tiene la ventaja de estar cerca y con Natalia se conseguirá lo que se quiera.

Anoche fui a visitar a mi compadre, que encontré algo enfermo. Me dijo que en otro correo te escribirá y enviará copias de las cartas prometidas, que todavía no han resuelto los de la Comisión a quien nombrará de agente en el Bermejo, para recibir al vapor, pero que el hará lo posible para que te designen a vos. El agente en Liverpool, escribe que formulen los pedidos de mercaderías y pongan la casa en Orán porque en diciembre estará el buque en Buenos Aires, que vendrá armado y encargado en último caso, con carbón de piedra, para obtener utilidad de él y no desarmado, como le habían ordenado. También están haciendo 2 grandes lanchones para aligerar la carga en caso de que el vapor toque fondo en alguna vuelta del río y salve así cualquier dificultad. El costo de todo es de 25.000 pesos. Alcorta se empeña en que los socios le den 3 acciones al agente en Liverpool, porque dice será muy útil allí a la sociedad, pero que no acepte a otros interesados de aquel puerto, porque mejor es que este buque pertenezca solamente a salteños.

Me refiero a la carta de Ricardo sobre el negocio de burros, y creo que el contrato sería muy bueno. Dicen que Gómez ha reunido 800 para llevar a Iquique. No te podrás quejar de esta larga carta – Mándoles 4 números de “El Comercio”.

Nota: Me dijo anoche Don Evaristo que la hacienda de Cobos, es muy interesante para la cría de ganado. En fin, lo que tu me dices es lo cierto: teniendo buena disposición para trabajar, podrán hacer mucho. Nadie tiene las proporciones de ustedes. Espero que Dios ha de bendecirlos.

(1)  Paolo Mantegazza, (1831 – 1910) Fue un médico italiano,  que encontró reconocimiento por haber aislado la cocaína de la coca, que utilizó en numerosos experimentos, investigando sus efectos anestésicos en humanos.  En 1854 viajó a Sudamérica y se radicó en Salta, en donde vivió varios años, y se casó con Jacoba Tejada, joven argentina de una familia de tradición salteña.​

Investigó costumbres sexuales, formas de celebración y sustancias con las que se embriagaban los pueblos nativos; sorprendido por el vigor sexual de los incas, potentes hasta su vejez, documenta sus hallazgos en su prolífera obra (*).

Mantegazza dirá de la coca, que “contribuye a hacer más alegre la vida, aumenta la conciencia de existir, a la vez que mitiga dolores morales”. (No sé porqué, los carabineros nos siguen revisando los asientos.)

No le quito mérito al señor Mantegazza, pero lo que me hace quererlo es el hecho de que su obra y la de Freud, se ligan de alguna manera. Se sabe, que Dora leía la Fisiología del amor de Mantegazza, cuando arma todo aquel lío. La literatura, siempre es culpable. Ja.

Por otro lado, Freud antes de publicar sus contribuciones sobre la coca, lee la bibliografía disponible y se encuentra con Mantegazza, con quien dice coincidir.

(*) Uber Mantegazza, Elvira María Dianno – Pharmakon 12.

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1850
julio 7, 2018|Capiton(é)Cartas

1850

Tiempo de lectura: 2 minutos 

De Doña Gregoria Beeche a su hijo Adolfo.

Salta, octubre 24/1864

A París

Mi amado hijo:

Va a terminar octubre, y siempre con la esperanza de ver cartas tuyas. Es ya insoportable tanto esperar. Gracias a Dios, en casa no hay novedad alguna. Creo que te habrán llegado todas mis cartas, porque desde que saliste de Salta no he dejado de escribirte para darte cuenta de todo lo que ha ocurrido.

Anoche se descubrió otra conspiración en el cuartel. Serafina U. había comprado a un oficial dándole 350 pesos en plata y una letra sobre Tucumán. El oficial le avisó en seguida a Martín Cornejo, y el Gobernador les dijo que se quedaran callados. Se iban a fugar con Napoleón y con Pancho Uriburu, para lo cual habían puesto en una Zanja del Estado dos buenos caballos con pistolas y 4 hombres bien armados. Aparecieron a las 2 de la mañana y los tomaron a todos. Se han provisto los oficiales del cuartel de buenos caballos ensillados y de revólveres. Muy luego Serafina se le presentó a Don Cleto y con esa impavidez que tiene, le dijo que había pecado y que la castigara, que sí le había pagado al oficial por salvar a su hermano, y se echó a llorar. Don Cleto se conmovió, y después de haberle hecho ver que con esas cosas empeoraba la situación de los presos, ordenó soltar a los 4 hombres detenidos. Se dice que la causa de Napoleón se ha concluido siendo sentenciado a muerte, y Pancho a 7 años de presidio; pero le oí decir a Don Cleto que los va a mandar a Buenos Aires para que allí les juzguen en consejo de guerra. Nos libraremos de ellos.

Al día siguiente de estas cosas – ayer domingo – hubo un paseo muy concurrido, poniendo cada familia un plato. A Jacoba le tocó las sopas, a las Gorostiagas las empanadas, y así a las demás. Ayer era un ir y venir de galeras. Las Gurruchagas, Alemanes, Ortiz, Doña Lorenza, las de Don Eugenio, Salta entero estuvo en la quinta de Graña, como para retratarla con más de 200 rosas y les tocó un día nublado hermosísimo. De regreso combinaron en bajarse todos en lo de las Gorostiagas, donde siguieron bailando hasta las 12 de la noche. Este año han principiado las aguas temprano y el campo está delicioso.

Elisa escribe de los Sauces, adonde se fue con Daniel hace 6 días, que aquello está hermoso y que el enfermo mejora. Así, pues, si me cumples la promesa de volver a los 6 meses, es decir, diciembre, gozarás de un lindo verano.

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AIRE
mayo 29, 2018|Random

AIRE

Tiempo de lectura: < 1 minuto 

Otro capricho,

me empujó a los cerros,

yo no sabía,

ya que esperar.

 

Grata la sorpresa,

al ver lo que él buscaba:

era una alegría,

sin ser felicidad.

 

A él lo seguí,

sin pensar siquiera,

Por su andar yo supe,

que podía confiar.

 

Un haz de luz,

dibujaba las ramas,

cuando se apagaba,

lo podía soñar.

 

Y en el silencio,

el trote inocente,

de un vago recuerdo,

que llevaba un penar.

 

En la cima…

el descanso,

y en su remanso,

mi despertar.

 

Fieras salvajes,

no se veían,

sé que se escondían,

en algún lugar.

 

Me acosté en su lecho,

bajo su cielo.

El corazón afligido,

en su palpitar.

 

Un meridiano,

surcaba los cielos,

Lo tomé con las manos,

lo quería tocar.

 

No encontré medida,

que lo describiera,

solo el anhelo,

de volver a empezar.

 

El aire del cerro,

no es el mismo aire,

que circula en las calles,

que sopla en el mar.

 

El aire del cerro,

no es el mismo aire.

En el cerro el aire es mío,

El aire es mío…

y de nadie más.

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12 x 12
mayo 18, 2018|Capiton(é)

12 x 12

12 x 12

Tiempo de lectura: 8 minutosTiempo de Lectura: 8 minutos

– IV –

.PAULA CASALDELRREY.

 

 

Una gota constante, perfora una piedra.

Lucrecio

Un bosque tiene esa cualidad, la de hacernos creer que estamos perdidos: si nos agarra la noche, o nos quedamos dormidos, si oscurece demasiado, o nos asusta el frío: no hay atajos, si no hay caminos y no hay bosque, si no hay desvío. 

Nadie permanece en el bosque – sin embargo – sin estar un poco riendo, un poco jugando; sin nutrirse de su suelo o hipnotizarse con su canto. 

Entre el 1 y el 2, existe un bosque de decimales, y es en ese bosque donde la encontré.  Cuando sucedió, ajustaba las últimas piezas de su propio equilibrio: de un lado conservó el orden, del otro, el sin-sentido.

Sin ser dos, serán dos sus caminos, que siendo dos, serán uno y el mismo;

  Y al final será otro bosque; otro bosque escondido.

  1. ¿Cómo definís tu relación con el arte?

Es compleja y contradictoria.

En 2007 me recibí de Diseñadora de Interiores; pero así como me dieron el título, lo dejé por ahí, y me fui a una Escuela de Circo. Cuando era niña quería ser artista, me gustaba pintar, pero en casa no tenía demasiada información, no sabía incluso que se podía estudiar Arte. Ya de grande, y luego de recibirme, me fui involucrando en distintos rubros del arte, donde empecé a descubrirme. Fueron muchos años de experimentación, buscando hacia donde apuntar, hacia donde ir.

Alrededor del 2009 empecé a hacer Gestión Cultural. En 2010, creamos con mi compañero de entonces, una Casa de Arte, una especie de Centro Cultural Independiente, que se llamaba TicPic: organizábamos eventos, muestras, diseñábamos obras junto a otros artistas. Hicimos cosas muy grandes. Pero en un momento sentí que la etapa de gestión estaba cumpliendo su ciclo; me vi siendo sólo gestora de arte y no artista, esto ocasionó una crisis tremenda. Decidimos cerrar y volví a encontrarme con ese ser artístico productivo, no desde la mera organización sino desde la creación de obras.

Justo en ese momento, me llamaron para hacer una remodelación importante de interiorismo. Dije que sí, sin medir las consecuencias, aunque no había hecho un plano desde que dejé la facultad, estaba totalmente desactualizada… Me sirvió para darme un sacudón, retomar el diseño y empezar a vincularme nuevamente con ese universo.  Me reencontré con ese ser diseñador, que me encanta, pero que no convivía con el ser artista. A partir de entonces, fueron años de vivir en una constante lucha mental entre el ser diseñadora, y el ser artista, hasta te diría una bipolaridad, que no podía resolver.

En 2014 fui mamá, y fue para mí una especie de muda de piel, de darme cuenta de los posibles dentro de los imposibles. Pude ver que estos dos mundos convivían dentro de mí; soy una persona contradictoria, creo que siempre lo voy a ser; entonces ¿porque no hacer convivir esta contradicción amigablemente? ¿el arte y el diseño, no podrían tomarse de la mano?

Así, cuando finalmente renuncié a los extremos, surgió FEO, proyecto donde se plasmarían todas estas contradicciones, aunque dialogando de forma amigable.

Osea que la maternidad hizo de tope a todo esto.

Hizo de peaje. Antes de eso, había sido una cosa o la otra, imposible de convivir. Y después de haber sido mamá, empezaron a amigarse las dos partes. La causa no fue solo la maternidad, sino también el hecho de tener un gran compañero como Alejandro, el padre de Raymundo. El estar con él, me ayudó a madurar profesionalmente en muchos aspectos, no solo porque era más grande que yo sino porque tenía una madurez laboral que yo no tenía, me enseñó muchas cosas. A partir de ahí, ese ensamble entre el arte y el diseño se empezó a consolidar.

En el año 2015, vuelvo a fundar mi Estudio Feo (creado vagamente en 2012), y creo la Marca FEO, con el lema “Obras de Arte Utilitarias”. En ese momento no sabía con exactitud lo que estaba diciendo, pero pasan los años y me doy cuenta que no podría haber sido más atinado: lo que hago son obras de arte utilitarias. Estas, por ejemplo, son macetas, pero también son esculturas. Empecé  entonces a encontrar esos posibles, a involucrarme en el mundo del diseño en todas sus facetas (industrial, gráfico, indumentaria, etc.). Y pude ver que esa “crisis” que yo tenía no solo me atravesaba a mí, Paula, sino a un montón de creativos de diversos campos, que no era la única con esta problemática.

Siento ahora, que esta “muda de piel” está concluyendo y se acomoda todo un poco más. Me encontré con lo que quiero hacer, y me siento muy bien; en amistad con mis dos partes. Siento que puedo trasmitirle eso a mi hijo… menos mal que me estas haciendo la entrevista ahora y no el año pasado.

 2 ¿Haces análisis?

Si, permanentemente, pero no con un analista. (Risas)

3. Cómo es tu proceso creativo.

Es un caos necesario. El proceso creativo es libre y caótico, aprendí a no tener miedo a perderme. Es tirar todo sobre la mesa y experimentar. Se necesita mucho tiempo, tiempo para hacer pruebas fallidas. La consigna base es la experimentación y no temer a esa prueba y error, porque las dos cosas son absolutamente necesarias.

Es caótico, aunque con un fino orden tácito, implícito, casi imperceptible, pero que existe. Vas, volvés, anotás cosas, pensás que algunas son inservibles, y después te das cuenta que no lo son tanto. Siempre hay una continuidad entre el boceto inicial y la obra terminada.

4. ¿Tu estado de ánimo interviene en el proceso creativo?

Seguro que mi estado de ánimo influye, pero he creado en todas las situaciones emocionales con la misma intensidad. Varía la obra porque varía el momento de mi vida, varían los colores y las texturas, pero no hay un estado anímico que me impulse a crear más que otro. Sí se que hay artistas que escriben mejor cuando toman ácido, por ejemplo. A mi no me suman las sustancias, al contrario, para crear necesito un estado de conciencia claro y limpio; yo todo el día tengo ganas de hacer esto, en todo momento, a toda hora, me olvido de comer aveces. Mi ánimo teñirá la obra de diferentes matices, pero la intensidad productiva es la misma, sobre todo si hay una consigna y un tiempo para respetar.

5. ¿Tenés referentes o influencias para producir?

Cuando arranqué y era muy chica, lo que la gente comúnmente conoce… Dalí, Picasso, Miró, conocía poco de artistas y movimientos. Más adelante supe desprenderme de estos mentores, y encontrar mi propio camino. Ahora todo me inspira, todo lo que estoy mirando, todo y todo el tiempo. Es abrumador, pero placentero a la vez. Siento una especie de fascinación con la naturaleza y esa fascinación se traduce en la obra, dejo que la invada.

6. Ya resolviste la dicotomía arte – diseño. Haces productos de arte utilitario, acá se complica la recepción. ¿Cómo la mostras, donde la vendes? ¿Cómo te llevas, en general, con la cuestión comercial?

Está en camino… iniciándose. Yo no podría trabajar en relación de dependencia jamás, porque me muero si un día se parece al otro. Me muero. A la semana lo dejaría. Por eso soy una emprendedora independiente.

Al hacer una obra de arte no pensas en el costo, el precio final, el “usuario”, la reproductibilidad, etc. Si lo haces, pierde su lado más puro, sensible y poético. El arte trasforma desde otro lugar, ya sea material o inmaterial, no debe pensarse en función de un mercado.

Pero en el mundo del diseño todo es diferente, uno crea para un público consumidor, piensa el producto desde cero considerando su costo total incluso antes de sacarlo al mercado. El diseñador no puede ni debe ignorar al usuario. Vos no podés vender una mesa a millones, una mesa es una mesa; si esa mesa no se sostiene por si misma, o es demasiado cara, nadie te la comprará. Así funciona.

En agosto de 2017 me seleccionaron, desde el Ministerio de Cultura de Nación, para representar a Argentina en MICSUR (Mercado de Industrias Creativas de América del Sur), evento que se llevará a cabo en noviembre de 2018. Somos una delegación de veinte diseñadores, diez en sector Moda y diez en sector Producto/Servicio y ahí está FEO, como marca.

MICSUR permite vínculos de negocios, con potenciales compradores de todo el mundo. Cuando me dieron la noticia no podía creerlo, tomé conciencia de que me habían elegido por mi potencial creativo, pero que había muchas cosas que pulir. Los jurados me sugirieron que haga foco en algo y que piense como iba a trabajar la escalabilidad en mi producción. Eso fue entrar en un nuevo paradigma, porque a partir de entonces, todo lo que estoy creando, lo pienso en función de su escalabilidad. Entré en una etapa de cierto adiestramiento, aprendiendo a vincularme con la industria y a estudiar sus sistemas productivos.

7. Me decías que la naturaleza te inspira, ¿qué temas te interesan? ¿Tenés temas que se repiten?

Muchas de las cosas del diseño las elijo por mis posibilidades técnicas. Eso es lo que condiciona la elección de lo que voy a hacer. Últimamente hubo una línea bastante orgánica, hacia las formas  que se encuentran en la naturaleza. Quiero hacer obras/productos que sean funcionalmente bellos, me rige la belleza, absolutamente. La belleza, según yo.

8. Podés determinar un qué en tu vida, infancia, adolescencia, que hayan hecho la diferencia en esta forma de ser. Que te haya dado una sensibilidad particular, el no tolerar que dos días sean iguales, el de repente haber podido darte lugar para la experimentación de años, vivir en cierto caos.

Creo que tiene que ver con que mi vida fue caótica. Mis viejos se separaron cuando yo tenía dos años. Me crié en Jujuy con mi mamá. Ella fue una gran influencia, siempre fue absolutamente cambiante. Fue fisicoculturista, luego devota franciscana, luego obstétrica, luego piquetera, luego fitness, ahora es chamán. Si bien había cierta constancia y cierto orden… no es el común de la gente… es una persona excéntrica, auténtica y que literalmente “hace lo que quiere”. Mi papá, por el contrario es médico, un tipo bastante serio y hermético, aunque con un alto grado de sensibilidad por el arte y la música; nada que ver con mi mamá. Con él conviví recién a mis 17 años, cuando me vine a estudiar a Salta, ahí empezamos a conocernos mejor.

A pesar de toda su anormalidad, mi mamá me dio una herramienta increíble, que supe apreciar ya de grande: el “no me importa”, el “puedo ante todo, no hay imposibles”, el “debo hacer lo que amo”, me constituyó. Y bueno, esta madre, y sus permanentes cambios, hicieron que hoy no pueda soportar que un día sea igual al otro.

9. ¿Cómo definís la belleza?

Es subjetiva. Creo que se trata de “especies de configuraciones armónicas”. Todos estamos calibrados armónicamente de formas diferentes, vibrando de modos diversos. Pienso que cuando nos sentimos atraídos visualmente por algo, y ese algo realmente nos gusta, es porque encontramos en dicha representación una vibración armónica similar a la nuestra, es como si su creador estuviese calibrado de forma similar a nosotros. Emisor y receptor se encuentran como en sintonía.

En la obra artística exhibimos nuestra configuración armónica, a veces el espectador la ve, puede sentirla y apreciarla; aparece un tinte que en su día a día no está y el artista se lo ofrece, haciéndole conocer un semitono, un decimal, a algo que está en el medio.

El artista tiene la posibilidad de entrar en esas rendijas decimales, números entre el 1 y el 2. Socialmente vivimos en el 1,2,3,4,5,100. Porque la vida lo exige, lo exigen nuestras actividades de todos los días y el tener que ocuparnos de lo cotidiano, de nuestros hijos, del trabajo, etc. Pero el artista logra escaparse y apartarse un poco, y empieza a trabajar entre los números en medio de los números, y entre los tintes en medio de los tintes, se desvía… es un “desviado”.

Esos desvíos son puntos armónicos especiales que el ser creativo posee y emite, y que el receptor puede sentir, ya se trate de una canción, una escultura, un libro, etc.

10. Amor/muerte/destino

Amor: El arte es amor, y el amor es arte. A veces uno dice la frase “por amor al arte” y no toma conciencia de esas palabras; pero el amor al que me refiero es a una entrega absoluta. También hay algo de placer en el amor, no todo, pero algo de eso hay, y no me refiero al placer sexual. Para mí, el arte y el amor son inseparables. Es… dar sin esperar recibir. El verdadero arte, y el verdadero amor.

Muerte: La muerte es la inminencia de las inminencias, es mi fin, lo sé. No le temo, aunque le pido que tarde en llegar, que demore un poco, al menos hasta que Ray tenga la claridad para comprender que es el fin de una vida y que sonría al recordarme. No creo en un “después de la muerte”, creo en la memoria de los que nos conocieron, y allí estaremos, hasta que dejemos de estarlo…

Destino: El destino es una idea, una palabra que necesitamos para justificarnos.

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