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diciembre 1, 2019|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 6 minutos

– SERGIO G. DIAZ –


¿En que momento de tu vida surgió tu interés por el arte, o cuando empezaste a producir?

Desde muy chico tuve contacto con el arte. Fue mí mamá quien nos acercó a mi hermano y a mí al dibujo y la pintura, como una actividad recreativa y lúdica.

En casa no faltaban los materiales. Mi mamá veía que teníamos cierto potencial y nos llevó a algunos talleres particulares. Nací y viví en Güemes, hasta que terminé el secundario, asique hasta ese momento, aprovechamos las oportunidades que habían allá.

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octubre 5, 2019|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 4 minutos

– XI –

NICOLAS PICATTO

 ¿A qué edad empezaste a relacionarte con el arte, o de qué manera? 

 Empecé desde muy chico… tres o cuatro años. Me atraían los lápices, pintar, manchar.. esas cosas. Después me enganché con los cómics y empecé copiando lo que veía. También construía cosas con mis juguetes. Tengo dibujos guardados, de cuando era muy muy chico.

Mi vieja me motivaba, empezó a comprarme libros de arte, colecciones que se publicaban semanalmente.. y así supe ya desde chico, como se construye una obra, una escultura. No podía creer que pudiera esa gente crear así y pensaba: a ver si yo puedo acercarme un poco… y me di cuenta que con la práctica me podía acercar a eso. Entendí que hay un proceso… que lleva tiempo. Tuve un primer período muy realista, alrededor de los 12 años. Más adelante, empecé a crear, ya no a copiar, me interesaba diferenciarme y la creatividad.

Si bien soy el único artista de mi familia, en mi casa todos tenemos una sensibilidad incorporada, mi carrera surgió naturalmente y a nadie le sorprende que me dedique a esto. Si puedo decir, que de adolescente fui muy conflictivo y el arte me ayudó a canalizar un poco… bueno, no sé, capaz me agravó lo transgresor, jaja.

¿De qué manera te formaste? ¿Recibiste una formación sistemática?

Estudié en la Escuela Terciaria de las Artes, en Córdoba. Primero me anoté en la universidad pero yo solo quería incorporar ideas a lo que ya venía haciendo, así que me pareció mejor un terciario. La conexión ahí es diferente, no es un ámbito tan intelectual, tan pesado… en ese ámbito hubo rock and roll, faso… esas cosas.

¿Qué vinculación hay entre el faso y tu obra?

Básicamente, se modifica la percepción de lo que quiero crear. Si estoy fumado, lo más común es que sienta que estoy creando algo magnífico, y después me doy cuenta que no. No soy realmente yo. Necesito mucha lucidez cuando estoy trabajando, sobre todo en la pintura, por la combinación de colores. Los colores vibran uno al lado del otro, de distintas formas, y es algo que tengo que poder captar. Esa lucidez la pierdo si estoy fumando. Una obra llega, cuando la teoría está aplicada.

¿Qué podés decirme de tu obra? ¿Tenes temas recurrentes?

Hace años busco un estilo, no se si puedo definirlo de alguna manera pero viendo en perspectiva sí hay una continuidad. Siempre me encuentro con una ausencia, con la soledad y también con el humor. Creo que eso es lo recurrente, eso, entre otras cosas.

Empecé con el dibujo paralelamente a la pintura. En mis dibujos las figuras humanas tienen un papel preponderante, figuras humanas desnudas. Si alguien está vestido, seguro está descalzo. La figura humana me interesa mucho, las sombras, los claroscuros.

Cuando vos ves un cuadro, no lo ves 100 % a primera vista. El ojo va primero a un lugar, y solo después tu vista va a hacer un recorrido. Cuando hay figuras humanas, ellas generan tensión en el espectador. Me interesa eso, esa tensión.

¿La inspiración? ¿De dónde surge?

Me nutro de escenas que veo en la calle, me gravo esa imagen y la anoto. Me pasó de perderme cosas hermosas por no anotarlas. Pero ahí, a partir de esas escenas me vienen ideas a la cabeza. Tengo que anotarlas al toque porque sino se me van. Hago un boceto rápido, algo chiquito. Después trabajo la obra con más detenimiento.  

Yo daba clases de pintura, mis alumnos venían con una foto para copiarla y yo les proponía que creasen algo, la gente tiene miedo de que les salga una araña sobre la cabeza de alguien! Y no pasa nada. Para mí, cuando a vos te sale algo, no tenes que frenar, sino seguir, seguir, seguir y que salga lo que salga… La principal virtud de una persona creadora es que no le pone freno! Dejar fluir… parece simple, pero cuando estás muy esquematizado y estructurado no podes. Cuando intelectualizas mucho, ya no comunicas.

¿Qué función cumple el error en este proceso creativo?

A veces tacho, a veces borro. El error tiene que ver con cómo estoy en ese momento, y a veces lo dejo y lo retomo otro día. Me pasa que a veces dejo algo, me frena un error, o una dificultad y después cuando lo agarro de nuevo, me gusta.  Me pasó también, que cuadros que no me gustaban fueron los que más rápido se vendieron.

¿Tenes rutina para trabajar?

Automaticamente te preparas para trabajar, haces el hábito, se te hace una rutina.

Soy carpintero también, hago marcado de cuadros, bastidores. Me encargan y vendo. Me encanta. Tengo el taller en casa de mi padre.

Ahora estoy laburando con el arte urbano, estoy haciendo unos rostros gigantes, los corto en seis y después los pego, pero hay lugares donde no se puede pegar o pintar porque a la gente puede no gustarle. Entiendo que pintar un mural al aire libre puede traerme muchos problemas. Te comés unos garrones tremendos si te agarran in fraganti pintando; la problemática es la misma en Europa. Hace unos años cerca de Lisboa en Portugal tuve un disgusto por ese tema. En Europa te sacan todo, te detienen.. No quiero pasar otra vez por esto. Por eso, ahora uso una técnica más efímera en papel, lo hago rápido, de noche, y lo hago porque me encanta. Salir de noche y pintar y que no haya nadie un martes, me encanta! La nocturnidad y todo eso que la envuelve… esta buenísimo. Eso me tiene muy copado. Como artista uno tiene que estar siempre haciendo cosas, exponiéndose. Cuando uno está en actividad, surgen cosas.

¿Tu animo interviene en tu obra..?

Si si si.. el animo interviene en mi obra, totalmente. Cambia el color, las paletas. Desde el bajón pueden salir cosas hermosas, alucinantes. La soledad te hace entrar en lugares oscuros pero de mucha creatividad, es un campo abierto para la creatividad porque no te importa nada. Curiosamente ese bajón te da libertad de acción.

¿Sos religioso?

Fui a un colegio de curas acá en Salta unos tres años en esa edad de las hormonas… una experiencia muy negativa, fue un bajón, entonces incorporé la mala conducta y cuando tenía catorce me echaron, pero sí hice lindas amistades.

AMOR , DESTINO , BELLEZA Y MUERTE

Una sinfónica, porque son instrumentos, es como una orquesta y eso produce una sinfonía.

                                               F I N .-

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julio 29, 2019|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 5 minutos

– IX –
.ROLY ARIAS.

    
Contame, porqué empezaste a pintar.
Bueno… soy autodidacta, no tengo un modo de saber cómo o cuándo empecé, lo que sí sé y puedo precisar es el momento en que me di cuenta que eso que hacía iba a tomar la forma de una actividad definida, no ya algo marginal. Terminada la secundaria, dibujaba siempre y escribía poesía, que era mi pasión, quería ser poeta.
Dejé de escribir porque no tolero leerme; odio leerme. No me tengo paciencia para las cosas que escribo; en esta auto crítica siempre salían ganando los dibujos, era mucho más amable lo que me devolvía el dibujo que lo que me devolvía lo que yo escribía.

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mayo 11, 2019|Capiton(é)Entrevistas

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Tiempo de lectura: 4 minutos

– VIII –
.JULIEN GUINET.

Tiempo de Lectura: 4 minutos

1.¿A qué edad empezó tu relación con el arte?

Desde muy joven. Mi padre, que se daba maña para dibujar, había pintado en mi cuarto un mural de los pitufos y unos años después, lo reemplazó por otro de Asterix. Recuerdo que estaba fascinado con esos murales, lo que me lleva a asegurar que ellos fueron parte de mi primer encuentro con el arte.

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julio 1, 2018|Entrevistas

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Tiempo de lectura: 10 minutos

– V –
.ANDRÉS JUSTINIANO SIERRA.

Tiempo de Lectura: 10 minutos

Considero más valiente al que conquista sus deseos, que al que conquista sus enemigos,
porque la mayor victoria es siempre sobre uno mismo”. 
Aristóteles.

Me encontré con él, por sus ojos de pájaro.

El puede ser halcón… y también canario.

En su trazo encontró su estilo, y en el juego su razón,

Entendió que quien ríe gana, va al ritmo de ese tambor.

No hay ideal que lo someta, ni discurso que lo dirija,

De ética federal, va por tierras que conquista.

La suerte no lo provoca, la muerte no lo convoca,

A ella la ignora siempre, también a quienes visita.

Andrés juega y se ríe, y es eso, lo que su obra dice.

 

¿Podés identificar cual fue el momento en tu vida en el que empezaste a dibujar?

No con exactitud, dibujo, como todo el mundo, desde chico. Soy hijo y nieto de artistas; entonces en mi casa era muy cotidiano el tema del arte. Me crié entre pinturas, caballetes, materiales de trabajo. Vivíamos en una casa grande, eran como dos casas pegadas. En una vivía mi abuelo y en la otra mis viejos, mi hermano y yo, que me pasaba yendo de una a la otra. En el taller de mi abuelo o en el taller de mi vieja. Mi abuelo era escenógrafo y dibujante, y hacía bueno… teatro, cine… mi vieja pintora, también era escenógrafa pero se dedicó más a la pintura, asique no tengo un momento puntual, es de toda la vida.

¿Y tu estilo? ¿Podes identificar un momento en el que empezaste a definirlo?

El estilo se va encontrando con el tiempo y es el producto del trabajo. Y obviamente vamos cambiando la imagen, como uno en sí va mutando uno a medida que pasa el tiempo y se acumulan experiencias. Lo que sí noto es que… tanto si veo para atrás, como si veo donde estoy parado ahora, puedo identificar que siempre soy yo… que hoy hay una madurez en el trabajo, que hay cosas que se fueron afianzando, pero me veo a mí en ese proceso. Creo que a eso es a lo que podría llamarse el estilo, no es algo buscado, es algo que pasa.

De por sí, laburo a partir de la figuración, mi base es el dibujo, con lo cual es más fácil ser reconocible. Quizás si te desempeñas en la abstracción o en dibujos más sintéticos, el producto es más impersonal. El trazo, la línea del dibujo define un montón, más allá de los contenidos.

¿Visualmente de que te nutriste? Habrás visto eso que salía de tu casa, pero probablemente te empezaron a gustar cosas…

Me influenciaron mucho las  historietas y el humor gráfico, la lectura base de cuando era chico, fue crucial. Sin duda marca e influye en el lenguaje de mi obra y en el dibujo.

¿Cuáles eran las historietas que más te gustaban?

Crecí leyendo Asterix. Bueno, obviamente Mafalda de Quino, Caloi, Fontanarrosa, Nine… los clásicos, y después mucha historieta europea, me compraba las revistas Cimoc, donde veía los dibujantes europeos, como Pratt, Manara, Bisley…etc. Entonces era una manera de recibir estímulos de otros lados. Antes, hace 20 años, sin internet, no llegaba nada.

Era en librerías de viejo donde descubrías todas esas cosas. Después estudié Bellas Artes, y ahí descubrí las artes plásticas, entonces las influencias fueron otras. Cuando uno no tiene mucha información flasheas con Dalí y después te das cuenta que detrás hay otros más, quizás más anónimos para el común de la gente…

¿Quiénes te impactaron?

Chagall, Escher, Calder, Basquiat, Egon Schiele…no se…montones de estilos diferentes que me abrían un abanico enorme de posibilidades con respecto a generar obras de arte. A medida que uno va acumulando esas experiencias externas aumenta la curiosidad por experimentar con materiales, recursos, técnicas…después todo eso va decantando y empieza a sobrar información, y queda lo que a uno le sirve.

¿El colegio como lo llevaste?

Pésimo. Me echaron de dos colegios, dejé de estudiar, empecé a trabajar, no quería saber nada con el universo.

… no querías saber nada con el universo?

Si, tenía una rebeldía absoluta. Y hubo un momento en que empecé a tener cierta inquietud, dije: quiero dibujar, y empecé a pensar en la idea de estudiar Bellas Artes, y ahí me doy con que tenía que  tener el secundario para hacerla, y me tuve que amigar un poco con la educación formal. Resumiendo: hice un bachillerato acelerado nocturno y después entré en Bellas Artes. Siete u ocho años viajando en tren y bondi unas cuatro horas por día hasta que terminé.

¿Quiénes crees que fueron tus  influencias, como artista y como persona?

Mis viejos y mi abuelo… sin duda. Mi viejo médico, nada que ver con lo artístico  pero un tipo culturoso, ponele, y después este contacto con mi vieja y con mi abuelo. Era un tipo muy osco que se había quedado mal con la viudez. Yo nací en ese momento y, por esa ausencia, se generó un vínculo muy fuerte conmigo especialmente. Como una cosa de mucha protección de él hacia mí. Eso me marcó mucho.

Después en la escuela de Bellas Artes, tuve profesores que fueron referentes importantes. Entramos 40 alumnos en primer año, en segundo año quedamos 5. Entonces teníamos todos los profesores para los cinco que éramos: 4 chicas y yo. Tuve profesores muy buenos que estaban solamente para enseñarnos a nosotros. Un privilegio.

¿Y tu viejo? ¿Cómo era esa relación?

Desde el punto de vista de que yo pudiera hacer lo que quisiera, siempre fue muy tirante. Dejar el colegio, fue un quilombo para mí, imaginate que no fue fácil. (¿Qué edad tenías?) 14, 15… era un changuito. Yo quería pelotudear, básicamente.

¿Te acordas de ese momento? ¿Qué lectura haces hoy de ese momento?

Por supuesto que sí era una rebeldía, porque a esa edad uno se está peleando con el mundo. Creo hoy que el sistema, y cuando digo sistema digo los viejos, la escuela y el mundo, la sociedad, no comprende a una persona que pasa por procesos que se diferencian de la media.

No sé como resolveré yo, cuando me toque a mí con mis hijos, pero espero poder comprenderlos lo más posible y decir “hace lo que quieras, ya le vas a encontrar el agujero al mate, y ser lo más piola posible para acompañarlos en esa búsqueda”, porque creo que se trata de eso.

¿Y porque crees que sentías esto que decís, que el sistema …?

La educación formal está pensada para que todos seamos iguales, a todos nos enseñan lo mismo, todos nos sentamos en el mismo banquito, todos vamos vestidos igual. Es una manera de nivelar, no nivelan para abajo, ni nivelan para arriba, nivelan.

¿Vós te sentías diferente?

Si… si, yo estudiaba piano, tenía mis bandas de rock y dibujaba desde siempre, no lo veía como una profesión pero me resultaba muy natural y espontáneo. No veía como encajaba el Tigris, el Eufrates y la Mesopotamia con mi vida. Pero el sistema no estaba preparado para un tipo al que le gustaban las cosas que me gustaban a mí, evidentemente no. Yo era visto como el chico raro entre los padres de mis amigos. Fui a colegios clase media, privado, religioso. Después de esa experiencia dejé la religión de lado.

Eso te iba a preguntar ¿cómo te llevas con la religión?

Soy completamente ateo, agnóstico, no me interesa, me parece que es todo mentira.

Me imagino que hubo un proceso anterior…

Sí, fui monaguillo. Hice toda la primaria en un colegio católico, parroquial palotino. Era amigo de los curas. Y un día, en primer año, la catequista pregunta: ¿qué es la fe? Y todos empezaron a tirar, hasta que me preguntó a mí, “Andrés ¿Porqué tenés fe?” Y yo dije “porque sí”. Y ella dijo efusivamente: “ven, Andrés tiene fe porque sí. Eso es tener fe”. Y yo pensé “me están cagando”. Y eso fue un detonante. Desde ahí que dije, algo está mal.

¿Y en tu casa?

En mi casa eran católicos, practicantes, sí. No eran chupacirios pero sí muy espirituales…

Vos decís, sos ateo, agnóstico… ¿en qué crees? ¿Cómo crees que vivís lo que es importante para vos?

Mmm… no sé, no sé si me lo planteo mucho. Yo creo en el ser, no en vano  hay 5.000 años de historia, quizás nos toca o no nos toca ser un pedazo de eso que va quedando, quizás modificamos algo, quizás no nos toca ser el que modifica algo, lo cual no me quita el sueño; no es que yo vivo para eso… Creo que el motor de lo que hago son mis hijos, la gente que quiero, es un motor inexplicable si querés…

Vamos a tu obra. ¿Tenés un método? ¿un procedimiento?

Yo hago pintura, dibujo y a veces escultura en pequeños formatos. La técnica es el resultado de lo que pasó primero por la cabeza, de lo que quiero trasmitir. A veces uno está experimentando con algo, y eso dispara cosas, y en ese proceso empezás a descubrir que estás comunicando algo. Soy de los que piensa que la obra es comunicación. Cuando yo estoy trabajando una obra, un dibujo, lo que sea, estoy comunicando algo.

Si miro para atrás, veo que yo fui abordando distintas temáticas, y que el eje siempre es el hombre, pero lo que se va modificando es el zoom, a veces estoy en macro, pegado o desde adentro y a veces desde afuera, y eso no lo controlo… eso pasa.

A veces llego a la obra accidentalmente y después la empiezo a desarrollar. Y eso es un proceso de laburo, yo dibujo todos los días, entonces en algún momento algo va a salir.

¿Cuál es la actitud que traducís en tu obra? ¿Podés pensar una respuesta aunque obligue a una generalización?

En general soy más irónico que violento, y busco a través del chiste generar algo en el espectador…

Los metamensajes están todo el tiempo, y ese es el mambo interior, después la obra la consume el que quiere, la ve el que quiere y le gusta al que le gusta y al que no… Hay gente que se interesa por saber un poco más, y quizás te pregunta. Tampoco son códigos que oculto, si te interesa, te lo cuento; sino disfrutá la obra como la sientas.

¿Vos vivís de lo que haces?

Si, de las publicaciones de los dibujos, hago diseño gráfico, hago algunas ediciones de libros, y vendo las obras. Trabajo de manera independiente y eso tiene algunos altibajos. A veces la obra se vende, a veces está parada. En épocas de crisis económica el arte es lo primero que se recorta, en todos los ámbitos.

¿Qué podés decir de lo que implica la comercialización de la obra?

Lo que yo hago como producción artística, como obra, no me lo va a modificar nadie, ese es mi mundo. Pero si vos me encargás algo que no es mi onda, no tengo problema, aunque últimamente selecciono mucho más los trabajos que agarro. Necesito algún punto de empatía para hacerlo sin después terminar de mal humor por hacer algo que no me gusta. Y creo que una cosa alimenta al a otra. Para mí el arte es una manera de vivir.

¿Cómo ves a Salta, en relación al arte?

En Salta en los últimos años empezó a generarse cierto movimiento. En parte a partir de la auto-gestión como Fedro, Bordó, Mamoré, etc y también con las apariciones del MAC y el Museo de Bellas Artes, sumándose a la Casa de la Cultura… fue todo un gran aporte a la escena artística. Toda esa infraestructura va legitimando el arte, va generando un circuito de arte. Hay movimiento. Salta es como un pueblo grande, y es más fácil ramificarse y hacer esa metástasis social. No sabes por dónde te pueden aparecer oportunidades. A mí haberle hecho las tapas a Los Huayra, me abrió otras puntas, me conoció otra gente que se interesó en poner arte en sus gráficas como Mariana Baraj, Perro ciego, etc…

¿Cuál es la temática de tus obras?

Lo que está todo el tiempo es la presencia del hombre; lo que hacemos y deshacemos; el hombre por sus elementos, por lo que deja y por lo que modifica. Yo creo que uno va contando lo que tiene a la vuelta y lo que le pasa. (piensa y continúa) … los chicos, mis hijos, me cambiaron mucho la forma de abordar el arte…

¿…la concentración?

No, la forma de pensar; pienso el arte de otra manera. Cuando era más chico era también más punk. Tenía una forma más bélica con respecto a la obra, era más confrontativa. Estaba en una lucha, y al nacer mis hijos cambió el sentido me parece, desde ahí  empecé a abordarlo desde un costado más lúdico, para pasarla bien, no para pasarla mal.

¿Tenés algo puntual, que quieras trasmitir en tus últimos trabajos?

No sé si hay algo especifico, quizás sea medio pretencioso el querer trasmitir una idea unidireccional… uno busca más bien una forma de contar cosas que después serán interpretadas según el espectador. Cuando uno arma una muestra, está contando algo, está exponiendo su visión sobre eso. Analizado de una manera, pensado de una manera, y producido de una manera. Si creo que en mi trabajo, la intencionalidad es que a través de cierta ironía y códigos le pase algo a la otra persona.

¿La política te interesa?

Si, me interesa mucho y no estoy nada contento con este gobierno ni los anteriores. No milito, es más, no me gusta la palabra militante, pero sí creo que mi obra tiene, a su manera, contenido político.

Verdad/ Muerte/ Amor/ Destino

La verdad: fundamental

La muerte: soy desapegado, no voy a los velorios, prefiero no tener vínculo con lo fúnebre. No me enrosca, no está dentro de mis preocupaciones.

El amor: el motor. Tan fundamental como la verdad, van de la mano.

El destino: uno a veces piensa en un destino escrito, ser un tocado por la varita, pero para ser ese elegido tenés que estar listo, generando cosas y produciendo, porque te puede pasar que te llegue el momento y te lo pierdas por dormido.

MUESTRAS

Exposiciones individuales

2017 – “El Buscador y el Vino” – Budeguer – Mendoza

2015 – “Cabezas de época” dibujo/digital – Kaleidorama – Bs. As.

2014 – “Sorongonia” pintura / dibujos – M.A.C. Salta

2014 – “Voladores, Caminantes y Soñadores” dibujos – Galería Thames –  Bs. As.

2013 – “Voladores y caminantes” dibujo/digital – Mus. Arte Contemp. Santa Cruz – Bolivia

2012 – “Gente Transparente” escultura/objeto – M.A.C. Salta

2010 – “Con la izquierda II” dibujos – Galería Mamoré – Salta

2009 – “Ciudad Feliz” pintura/instalación – M.A.C. – Salta

2009 – “Con la izquierda” dibujos/historieta – Galería Fedro – Salta

2007 – “Múltiples” pintura/instalación – C. de la Cultura – Salta / Catalinas Park Tucumán

2006 – “Cabezones de la Sociedad” dibujo/esculturas – Plaza de Almas – Salta

2005 – “Argentino Manggiacapeletti” pintura/objeto – Fundación Salta

2004 – “Bolivianas” pintura/dibujos – Colegio de Psicólogos de Salta

 

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mayo 18, 2018|Capiton(é)

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– IV –

.PAULA CASALDELRREY.

 

 

Una gota constante, perfora una piedra.

Lucrecio

Un bosque tiene esa cualidad, la de hacernos creer que estamos perdidos: si nos agarra la noche, o nos quedamos dormidos, si oscurece demasiado, o nos asusta el frío: no hay atajos, si no hay caminos y no hay bosque, si no hay desvío. 

Nadie permanece en el bosque – sin embargo – sin estar un poco riendo, un poco jugando; sin nutrirse de su suelo o hipnotizarse con su canto. 

Entre el 1 y el 2, existe un bosque de decimales, y es en ese bosque donde la encontré.  Cuando sucedió, ajustaba las últimas piezas de su propio equilibrio: de un lado conservó el orden, del otro, el sin-sentido.

Sin ser dos, serán dos sus caminos, que siendo dos, serán uno y el mismo;

  Y al final será otro bosque; otro bosque escondido.

  1. ¿Cómo definís tu relación con el arte?

Es compleja y contradictoria.

En 2007 me recibí de Diseñadora de Interiores; pero así como me dieron el título, lo dejé por ahí, y me fui a una Escuela de Circo. Cuando era niña quería ser artista, me gustaba pintar, pero en casa no tenía demasiada información, no sabía incluso que se podía estudiar Arte. Ya de grande, y luego de recibirme, me fui involucrando en distintos rubros del arte, donde empecé a descubrirme. Fueron muchos años de experimentación, buscando hacia donde apuntar, hacia donde ir.

Alrededor del 2009 empecé a hacer Gestión Cultural. En 2010, creamos con mi compañero de entonces, una Casa de Arte, una especie de Centro Cultural Independiente, que se llamaba TicPic: organizábamos eventos, muestras, diseñábamos obras junto a otros artistas. Hicimos cosas muy grandes. Pero en un momento sentí que la etapa de gestión estaba cumpliendo su ciclo; me vi siendo sólo gestora de arte y no artista, esto ocasionó una crisis tremenda. Decidimos cerrar y volví a encontrarme con ese ser artístico productivo, no desde la mera organización sino desde la creación de obras.

Justo en ese momento, me llamaron para hacer una remodelación importante de interiorismo. Dije que sí, sin medir las consecuencias, aunque no había hecho un plano desde que dejé la facultad, estaba totalmente desactualizada… Me sirvió para darme un sacudón, retomar el diseño y empezar a vincularme nuevamente con ese universo.  Me reencontré con ese ser diseñador, que me encanta, pero que no convivía con el ser artista. A partir de entonces, fueron años de vivir en una constante lucha mental entre el ser diseñadora, y el ser artista, hasta te diría una bipolaridad, que no podía resolver.

En 2014 fui mamá, y fue para mí una especie de muda de piel, de darme cuenta de los posibles dentro de los imposibles. Pude ver que estos dos mundos convivían dentro de mí; soy una persona contradictoria, creo que siempre lo voy a ser; entonces ¿porque no hacer convivir esta contradicción amigablemente? ¿el arte y el diseño, no podrían tomarse de la mano?

Así, cuando finalmente renuncié a los extremos, surgió FEO, proyecto donde se plasmarían todas estas contradicciones, aunque dialogando de forma amigable.

Osea que la maternidad hizo de tope a todo esto.

Hizo de peaje. Antes de eso, había sido una cosa o la otra, imposible de convivir. Y después de haber sido mamá, empezaron a amigarse las dos partes. La causa no fue solo la maternidad, sino también el hecho de tener un gran compañero como Alejandro, el padre de Raymundo. El estar con él, me ayudó a madurar profesionalmente en muchos aspectos, no solo porque era más grande que yo sino porque tenía una madurez laboral que yo no tenía, me enseñó muchas cosas. A partir de ahí, ese ensamble entre el arte y el diseño se empezó a consolidar.

En el año 2015, vuelvo a fundar mi Estudio Feo (creado vagamente en 2012), y creo la Marca FEO, con el lema “Obras de Arte Utilitarias”. En ese momento no sabía con exactitud lo que estaba diciendo, pero pasan los años y me doy cuenta que no podría haber sido más atinado: lo que hago son obras de arte utilitarias. Estas, por ejemplo, son macetas, pero también son esculturas. Empecé  entonces a encontrar esos posibles, a involucrarme en el mundo del diseño en todas sus facetas (industrial, gráfico, indumentaria, etc.). Y pude ver que esa “crisis” que yo tenía no solo me atravesaba a mí, Paula, sino a un montón de creativos de diversos campos, que no era la única con esta problemática.

Siento ahora, que esta “muda de piel” está concluyendo y se acomoda todo un poco más. Me encontré con lo que quiero hacer, y me siento muy bien; en amistad con mis dos partes. Siento que puedo trasmitirle eso a mi hijo… menos mal que me estas haciendo la entrevista ahora y no el año pasado.

 2 ¿Haces análisis?

Si, permanentemente, pero no con un analista. (Risas)

3. Cómo es tu proceso creativo.

Es un caos necesario. El proceso creativo es libre y caótico, aprendí a no tener miedo a perderme. Es tirar todo sobre la mesa y experimentar. Se necesita mucho tiempo, tiempo para hacer pruebas fallidas. La consigna base es la experimentación y no temer a esa prueba y error, porque las dos cosas son absolutamente necesarias.

Es caótico, aunque con un fino orden tácito, implícito, casi imperceptible, pero que existe. Vas, volvés, anotás cosas, pensás que algunas son inservibles, y después te das cuenta que no lo son tanto. Siempre hay una continuidad entre el boceto inicial y la obra terminada.

4. ¿Tu estado de ánimo interviene en el proceso creativo?

Seguro que mi estado de ánimo influye, pero he creado en todas las situaciones emocionales con la misma intensidad. Varía la obra porque varía el momento de mi vida, varían los colores y las texturas, pero no hay un estado anímico que me impulse a crear más que otro. Sí se que hay artistas que escriben mejor cuando toman ácido, por ejemplo. A mi no me suman las sustancias, al contrario, para crear necesito un estado de conciencia claro y limpio; yo todo el día tengo ganas de hacer esto, en todo momento, a toda hora, me olvido de comer aveces. Mi ánimo teñirá la obra de diferentes matices, pero la intensidad productiva es la misma, sobre todo si hay una consigna y un tiempo para respetar.

5. ¿Tenés referentes o influencias para producir?

Cuando arranqué y era muy chica, lo que la gente comúnmente conoce… Dalí, Picasso, Miró, conocía poco de artistas y movimientos. Más adelante supe desprenderme de estos mentores, y encontrar mi propio camino. Ahora todo me inspira, todo lo que estoy mirando, todo y todo el tiempo. Es abrumador, pero placentero a la vez. Siento una especie de fascinación con la naturaleza y esa fascinación se traduce en la obra, dejo que la invada.

6. Ya resolviste la dicotomía arte – diseño. Haces productos de arte utilitario, acá se complica la recepción. ¿Cómo la mostras, donde la vendes? ¿Cómo te llevas, en general, con la cuestión comercial?

Está en camino… iniciándose. Yo no podría trabajar en relación de dependencia jamás, porque me muero si un día se parece al otro. Me muero. A la semana lo dejaría. Por eso soy una emprendedora independiente.

Al hacer una obra de arte no pensas en el costo, el precio final, el “usuario”, la reproductibilidad, etc. Si lo haces, pierde su lado más puro, sensible y poético. El arte trasforma desde otro lugar, ya sea material o inmaterial, no debe pensarse en función de un mercado.

Pero en el mundo del diseño todo es diferente, uno crea para un público consumidor, piensa el producto desde cero considerando su costo total incluso antes de sacarlo al mercado. El diseñador no puede ni debe ignorar al usuario. Vos no podés vender una mesa a millones, una mesa es una mesa; si esa mesa no se sostiene por si misma, o es demasiado cara, nadie te la comprará. Así funciona.

En agosto de 2017 me seleccionaron, desde el Ministerio de Cultura de Nación, para representar a Argentina en MICSUR (Mercado de Industrias Creativas de América del Sur), evento que se llevará a cabo en noviembre de 2018. Somos una delegación de veinte diseñadores, diez en sector Moda y diez en sector Producto/Servicio y ahí está FEO, como marca.

MICSUR permite vínculos de negocios, con potenciales compradores de todo el mundo. Cuando me dieron la noticia no podía creerlo, tomé conciencia de que me habían elegido por mi potencial creativo, pero que había muchas cosas que pulir. Los jurados me sugirieron que haga foco en algo y que piense como iba a trabajar la escalabilidad en mi producción. Eso fue entrar en un nuevo paradigma, porque a partir de entonces, todo lo que estoy creando, lo pienso en función de su escalabilidad. Entré en una etapa de cierto adiestramiento, aprendiendo a vincularme con la industria y a estudiar sus sistemas productivos.

7. Me decías que la naturaleza te inspira, ¿qué temas te interesan? ¿Tenés temas que se repiten?

Muchas de las cosas del diseño las elijo por mis posibilidades técnicas. Eso es lo que condiciona la elección de lo que voy a hacer. Últimamente hubo una línea bastante orgánica, hacia las formas  que se encuentran en la naturaleza. Quiero hacer obras/productos que sean funcionalmente bellos, me rige la belleza, absolutamente. La belleza, según yo.

8. Podés determinar un qué en tu vida, infancia, adolescencia, que hayan hecho la diferencia en esta forma de ser. Que te haya dado una sensibilidad particular, el no tolerar que dos días sean iguales, el de repente haber podido darte lugar para la experimentación de años, vivir en cierto caos.

Creo que tiene que ver con que mi vida fue caótica. Mis viejos se separaron cuando yo tenía dos años. Me crié en Jujuy con mi mamá. Ella fue una gran influencia, siempre fue absolutamente cambiante. Fue fisicoculturista, luego devota franciscana, luego obstétrica, luego piquetera, luego fitness, ahora es chamán. Si bien había cierta constancia y cierto orden… no es el común de la gente… es una persona excéntrica, auténtica y que literalmente “hace lo que quiere”. Mi papá, por el contrario es médico, un tipo bastante serio y hermético, aunque con un alto grado de sensibilidad por el arte y la música; nada que ver con mi mamá. Con él conviví recién a mis 17 años, cuando me vine a estudiar a Salta, ahí empezamos a conocernos mejor.

A pesar de toda su anormalidad, mi mamá me dio una herramienta increíble, que supe apreciar ya de grande: el “no me importa”, el “puedo ante todo, no hay imposibles”, el “debo hacer lo que amo”, me constituyó. Y bueno, esta madre, y sus permanentes cambios, hicieron que hoy no pueda soportar que un día sea igual al otro.

9. ¿Cómo definís la belleza?

Es subjetiva. Creo que se trata de “especies de configuraciones armónicas”. Todos estamos calibrados armónicamente de formas diferentes, vibrando de modos diversos. Pienso que cuando nos sentimos atraídos visualmente por algo, y ese algo realmente nos gusta, es porque encontramos en dicha representación una vibración armónica similar a la nuestra, es como si su creador estuviese calibrado de forma similar a nosotros. Emisor y receptor se encuentran como en sintonía.

En la obra artística exhibimos nuestra configuración armónica, a veces el espectador la ve, puede sentirla y apreciarla; aparece un tinte que en su día a día no está y el artista se lo ofrece, haciéndole conocer un semitono, un decimal, a algo que está en el medio.

El artista tiene la posibilidad de entrar en esas rendijas decimales, números entre el 1 y el 2. Socialmente vivimos en el 1,2,3,4,5,100. Porque la vida lo exige, lo exigen nuestras actividades de todos los días y el tener que ocuparnos de lo cotidiano, de nuestros hijos, del trabajo, etc. Pero el artista logra escaparse y apartarse un poco, y empieza a trabajar entre los números en medio de los números, y entre los tintes en medio de los tintes, se desvía… es un “desviado”.

Esos desvíos son puntos armónicos especiales que el ser creativo posee y emite, y que el receptor puede sentir, ya se trate de una canción, una escultura, un libro, etc.

10. Amor/muerte/destino

Amor: El arte es amor, y el amor es arte. A veces uno dice la frase “por amor al arte” y no toma conciencia de esas palabras; pero el amor al que me refiero es a una entrega absoluta. También hay algo de placer en el amor, no todo, pero algo de eso hay, y no me refiero al placer sexual. Para mí, el arte y el amor son inseparables. Es… dar sin esperar recibir. El verdadero arte, y el verdadero amor.

Muerte: La muerte es la inminencia de las inminencias, es mi fin, lo sé. No le temo, aunque le pido que tarde en llegar, que demore un poco, al menos hasta que Ray tenga la claridad para comprender que es el fin de una vida y que sonría al recordarme. No creo en un “después de la muerte”, creo en la memoria de los que nos conocieron, y allí estaremos, hasta que dejemos de estarlo…

Destino: El destino es una idea, una palabra que necesitamos para justificarnos.

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febrero 10, 2018|Capiton(é)Entrevistas

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– II –

.MATÍAS DE LA GUERRA.

Círculos en el espacio.

 

“Cuando alcances mi edad habrás perdido casi por completo la vista.
Verás el color amarillo y sombras y luces. No te preocupes. La ceguera gradual no es una cosa trágica. Es como un lento atardecer de verano.” 

Jorge Luis Borges. El otro.

 

 

Lo busqué por el color. Un color que no me define, ni me nombra, ni me dice. Nada. Por eso me importa tanto; este color.

El amarillo se disfraza de alegría, y esconde siempre, los más tenebrosos peligros. No es una paradoja cualquiera, si se parece a la vida misma.

Que le imputen cualquier impuesto, al amarillo. Nadie puede reprocharle falta de vitalidad. Como todo lo vivo, atrae con la fuerza de un imán.

El amarillo, invita a mirar.

Dicen del verde, color esperanza… pero, como bien cuenta Borges, es el amarillo lo último que se pierde.

Matías es joven, casi niño. Pero es su color, el que nos da las pistas de su madurez. A ella, no la definen los años, sino los deseos.

Desde una estrella, él, va a pintar el océano.

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diciembre 23, 2017|Entrevistas

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– I –

.ANA CRUZ ITURRIETA.

Perecer… resistiendo

 

Conozco a Ana, desde que eramos chicas, 8 o 9 años, no recuerdo; pero estoy segura de haberla visto en las fotos de mi primera comunión. No eramos tan cercanas, ni demasiado amigas, pero compartíamos un rasgo común: estábamos las dos, desteñidas o despintadas… eramos… descoloridas.  

La perdí de vista, y cuando volví a encontrarla, ella había cambiado de tiempo. No puede haberse mudado… no no, es más factible que haya inventado su propio tiempo. Con sus propios minutos y sus propios segundos: sus propias reglas. Si su tiempo es distinto, también su espacio lo es. 

Ana puede representar la realidad con una exactitud pasmosa. Tan estrepitosamente real es aquello, que no puede más que volverse fantasía. Quizás la de ese tiempo suyo, que inventó para sí. 

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marzo 9, 2017|Entrevistas

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– V –
.ANDRÉS JUSTINIANO SIERRA.

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Considero más valiente al que conquista sus deseos, que al que conquista sus enemigos,
porque la mayor victoria es siempre sobre uno mismo”. 
Aristóteles.

Me encontré con él, por sus ojos de pájaro.

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